Miguel Molina: "Poder competir por la victoria absoluta en Le Mans es el punto culminante de mi carrera"

“Cuando eres piloto de Ferrari el objetivo es siempre es ganar. Nuestras expectativas son muy altas, pero sabemos que las 24 Horas son una carrera difícil. Pero este año es muy especial. Corro en la ‘top clas’ por la victoria absoluta. Para mí es el punto culminante de mi carrera”, explica el piloto de Lloret de Mar.

Punto culminante, de forma provisional, porque le queda todavía mucho camino por delante.

En su día, Molina era un prometedor piloto de monoplazas, brilló en las World Series, pero fue consciente de que ir más allá era complicado sin contar con fuertes apoyos y cambió a resistencia. “No fue una frustración. Yo quería ante todo llegar a ser piloto profesional, si era en F1 mejor; lo segundo no ha podido ser, lo primero, sí”.

Este año ha disputado ya tres carreras a los mandos del Ferrari 499P, dos podios, dos terceros lugares en Sebring y Portimao, pero en Spa, cuando podían incluso acabar más arriba del tercer escalón, uno de sus compañeros tuvo un accidente al salir de boxes con las gomas frías, ya que no se permiten calentadores en el WEC, aunque se han autorizado excepcionalmente para Le Mans.

“El 499 ha sido construido pensando en Le Mans y sabemos que tiene un gran potencial. Queremos acabar al menos en podio”, dice Molina, que ya sabe lo que es subir al podio allí, el pasado año fue tercero en GTE.

“Recuerdo perfectamente este momento. Ver a tanta genta bajo el podio a final de carrera es una emoción única, fantástica”, señala este enamorado de Le Mans. “Si me preguntan qué es Le Mans respondo que una carrera fantástica, la carrera más bella no solo del WEC, sino una de las más bonitas del automovilismo. Es muy dura, sobre todo de noche, cuando estás inmerso en la oscuridad, sólo con tu coche, sólo ves lo que iluminan tus faros y debes estar muy atento al tráfico. Es un gran desafío”.