La Comisión de Rallies debe abordar el futuro de los Rally2

Sin embargo, en el orden del día está asimismo una decisión, o por lo menos discusión, de algo mucho más importante que el futuro de los Rally1: los cambios que deben sufrir los Rally2.

¿Más importante Rally2 que Rally1? Puede parecer una aberración a primera vista, pero es absolutamente cierto. Los Rally2 son los coches más populares en los rallies. Hay más de 1000 circulando, conforman el grueso de las inscripciones no ya en el Mundial, sino en el Europeo, en los regionales y en la mayor parte de campeonatos nacionales y aún de ámbito geográfico local.

La supervivencia de la especialidad depende bastante, por no decir totalmente de Rally2… o se arriesga a perder favor del público.

Con un Rally2 o un Rally2+ se podría hacer el WRC, pero con los Rally1 no se podría correr en los rallies regionales (o continentales, como prefieran), nacionales o locales. El coste de los coches lo hace prácticamente imposible.

El problema clave es que las marcas están electrificando sus modelos y algunos de los coches que actualmente se usan como base de Rally2 están saliendo de producción, como el Ford Fiesta, sin reemplazo equivalente o, en todo caso, pasando a la categoría SUV. Y sobre todo que en estos momentos de confusión es difícil saber hacia dónde va el mercado… aunque todo apunta al eléctrico e hidrógeno.

La idea de la FIA es proponer una nueva categoría Rally2 que use un chasis multitubular, similar al de los Rally1, incluso común para todos, sobre el que poner una ‘carrocería’ basada en un modelo de serie. Que podría ser un SUV como sucede con el actual Puma Rally1.

La FIA es consciente de que este paso quizás encarecerá el precio de los Rally2, pero en contrapartida podría atraer a más fabricantes y además servir de base para el Mundial de Rallycross.

Obviamente no es la única posibilidad. Las reglas de Kit, que se usan en categorías inferiores o reglamentaciones tipo ‘N5’ como los coches de Roberto Méndez, permiten abrir la categoría de forma espectacular y dejar de depender exclusivamente de fabricantes.

Aunque este camino no resuelve el problema clave: el cada vez menor número de marcas que ofrecen ‘turismos puros’ en este segmento.

Compaginar los intereses comerciales de la marca y las necesidades deportivas puede que no sea tan fácil.

Rally2 es una patata caliente que quizás será más complicada que conseguir el consenso en las nuevas reglas de Rally1.