Glickenhaus deshoja la margarita de la retirada

Ya no es David contra Goliat, sino Don Quijote contra los molinos de viento. Glickenhaus tiene su pasión intacta, pero la realidad es la que manda. Y el hombre que dijo que "somos lo que Ferrari fue en su día", es decir un pequeño constructor que quería desafiar a los gigantes, 

"Para un equipo privado como el nuestro es imposible batallar contra gigantes como Toyota, Ferrari o Porsche. Cuando en la categoría reina hay 9 segundos de diferencia en una vuelta entre dos coches, es que hay un disfuncionamiento. ¡No es viable! Y esto nos impulsa a pensar sobre el futuro de nuestro compromiso con la Resistencia y meditar sobre la retirada", ha dicho a Autohebdo.

Glickenhaus ha pedido que se tenga en cuenta en el BoP a pequeños equipos como el suyo, pero sin éxito. Y parece ya cansado de pedirlo. "Mi pasión por Le Mans sigue intacta, pero se ha transformado en imposible. Por eso la decisión es más dolorosa. Sólo pedimos un pequeño empujoncito para poder estar en el ritmo".

Glickenhaus está en su tercera temporada en el WEC -aunque en las dos anteriores no ha seguido todo el campeonato-. Lo que empezó como un juego se ha ido complicando. De encargar un coche exclusivo con base Ferrari para uso personal, el P4/P5, que recibió la bendición de Luca Montezemolo y Piero Ferrari, a convertirse en constructor. 

Si arroja la toalla, algo del ADN de Le Mans se habrá muerto. Para Glickenhaus, en su estado actual, pasar a ser ‘cliente’ de una gran marca carece de sentido.