David Castera: "El Dakar debe ser cada año más difícil"

Los participantes no se amilanan por ello. “Cada edición en Arabia ha sido más dura que lo anterior”. Y eso es algo que va de acuerdo con lo que en su día dijo Thierry Sabine a quienes se le quejaron de la dureza de la carrera, africana aún: “Aquí se viene a sufrir”. Y Castera lo define de una forma clara: “si alguien finaliza la prueba sin salir de su zona de confort, lo consideraré un fracaso”.

El Dakar es la última gran aventura del mundo de la competición automóvil. La última aventura al alcance de muchos. Ya no comienza en París ni acaba en Dakar; ha abandonado su territorio natural, África, el Sahara, el Sahel, ‘expulsado’ por la inestabilidad que se vive en la zona.

En los últimos años se ha trabajado mucho para relanzar el componente aventura, algo que el Dakar siempre fue en los inicios y quiso seguir siendo, aunque con dificultades. La introducción de las etapas maratón fue un primer paso. El entregar el 'road book' en tablet y a media hora de la salida fue el segundo paso, más importante. Y este año, llega la etapa ’48 horas’.

“Me gustan las ideas originales, pero esta es de uno de mis predecesores, ‘Fenouil’, organizador del Dakar 1994. Relanzamos la vertiente de aventura y descubrimiento, que nunca viene mal. Los competidores quedarán aislados del mundo, sin ninguna información sobre su clasificación para la etapa y la general. Los detendremos en mitad del desierto, deberán dormir a la intemperie, al lado de sus máquinas. Es algo que llevaba en la cabeza desde hace tiempo y ahora podemos hacerlo”, sostiene Castera.

Dos días de carrera, al final de la primera semana, que pueden decidir muchas cosas. Dos días que requirieron dos semanas de reconocimiento. “Los recorridos de dos y cuatro ruedas serán diferentes- Habrá varios campamentos, el primero en el kilómetro 200, después, 250, 300, 330… A las 16 horas, todo se para. El participante sólo puede llegar hasta el siguiente campamento, donde recibirán una ‘ración de campaña’, un saco de dormir y un ‘fuego de campamento’, podrán revisar su coche, repostar y dormir hasta el amanecer siguiente. Todos estarán aislados, no se tolerarán ayudas. Los teléfonos estarán sellados, para que no tengan información. Y si un campamento está sobre cargado, ya tenemos previsto que un helicóptero lleve más vituallas.

Para el día siguiente, partiremos los 10 primeros del ranking de coches y motos siguiendo los huecos del día anterior a las 7 a.m. Más allá de eso, cada vehículo saldrá cada 30 segundos”, explica Castera.

Pueden suceder muchas cosas diferentes. A priori, si superan un vivac a falta de un minuto para las 16 h. puedes tomar 40 km de delantera. Si has perdido tiempo, puedes recuperar parte de él, al menos respeto a los que están en tu vivac.

Y todo ello en el Empty Quarter, ese espacio vacío, terreno ‘sepultado’ por arena y dunas.

Pero no es esta la única innovación de este Dakar, aunque posiblemente sea la más importante. El recorrido es, en cierta forma, al revés del pasado año.

Mucha arena al principio, pedregoso al final. ¿Recuerdan la dantesca segunda etapa de 2023 con sus pinchazos? “Esta será ahora la penúltima de la prueba, pero reelaborada. En 2023, la arena estaba al final y parecía un poco más fácil; este año el final será más intenso. Pero la primera etapa ya será muy dura, en una zona volcánica de paisajes increíbles… quizás demasiado dura para empezar. Las dunas están en medio, con sus dificultades de navegación”, señala Castera.

Cree que ha conseguido un recorrido equilibrado entre dunas, navegación, etapas más rompedoras y pistas. Pistas que quiere sean un poco más lentas en la meseta, donde muchos lamentaron la gran velocidad mantenida por mucho tiempo… y eso que ahora los coches la tienen limitada a 170 km/h.
Y si alguien se queja de la dureza, siempre se recurrirá a una frase típica pero no tópica: “¡C’est le Dakar Patrón!” o dicho de otra forma “aquí se viene a sufrir”.