Audi valora la mejora del coche del Dakar, aunque el Rally de Marruecos les dejara sin recompensa

En Audi esperaban esta prueba marroquí con un gran interés. Las últimas mejoras introducidas en el coche parecían funcionar y debían ser más competitivos frente a los Toyota, sobre todo a los de Al-Attiyah y Al-Rajhi, y el Hunter de Loeb. Al final, el resultado no les acompañó. El desierto no quiso mostrarse clemente con los de los cuatro aros.

“Desde el año pasado éramos conscientes de lo duro y exigente que es el Rally de Marruecos. Este año hemos experimentado repetidamente reveses que frustraron un rally fluido para los tres coches. Por eso Mattias Ekström con Emil Bergkvist y Carlos Sainz con Lucas Cruz no avanzaron más en los resultados finales   es una pena que Stéphane Peterhansel y Edouard Boulanger no hayan sido recompensados ​​por sus buenas actuaciones. Sin embargo, el trabajo de desarrollo y las actuaciones individuales de los tres equipos de pilotos exigen un gran respeto. Pero con un total de tres victorias de etapa, Audi demostró lo que es posible en los seis días de rally”, ha dicho Rolf Michl, director de Audi Motorsport.

Tanto él como el resto del equipo se quedan con la impresión que buscaban. El Audi RS Q e-Tron tiene el ritmo que el pasado año les faltó. Los pequeños ajustes reglamentarios y el trabajo realizado les proporcionan esa velocidad que buscaban y ahora restan dos meses para pulir los detalles.

Mattias Ekström fue el mejor clasificado del equipo, noveno. Tras haber sido el más rápido en el prólogo, fue penalizado con una hora en la primera especial por saltarse un ‘way point’ y en la segunda jornada, cegado por el polvo, pinchó. Ganó la tercera etapa y desde entonces efectuó una buena remontada para pasar de 55º a noveno.

Carlos Sainz y Lucas Cruz, que volvían a la acción tras su accidente del Dakar, tuvieron tres primeros días positivos. Pero después encadenaron infortunios. Una fuga en el circuito de aceite de la transmisión obligó a Sainz a parar repetidas veces en la tercera etapa. Como resultado, se perdieron más de dos horas y media. 

“No fue nuestro día. Antes del kilómetro 112 tuvimos una avería que nos tuvo parados dos horas. Logramos solucionarla y terminar la etapa, pero nos quedamos sin opciones. Continuamos, había que seguir trabajando para llegar lo máximo preparados al Dakar”, dijo Carlos. No acabaron aquí sus males. En la cuarta etapa fueron problemas con la bomba de agua y en la última volvieron a retrasarse, en ambos casos en los kilómetros finales. “La cuarta etapa había comenzado muy bien y llegamos líderes al último control, pero muy cerca de la meta tuvimos el problema y perdimos unos 50 minutos”, ha explicado Sainz.

Para Peterhansel, retrasado por un pinchazo primero y por un error de recorrido, después el problema se suscitó en la última etapa, en los inicios, en los primeros cordones de dunas, con la bomba del agua no pudo solucionar el problema y volvió al campamento sin poder completar la etapa. Sven Quandt, uno de los hombres con más experiencia en pruebas africanas, como piloto, como preparador, como director de equipo, valoró, pese a todo, positivamente la experiencia. Obviamente deseaban un resultado, pero sobre todo querían un test real ante el Dakar.

 “Hemos experimentado una vez más lo cerca que pueden estar el éxito y la derrota en el deporte del motor. Nuestros pilotos y copilotos y todo el equipo merecen un gran agradecimiento por las tres semanas de arduo trabajo que pasamos en el desierto desde el inicio de nuestros test hasta el final de la carrera. Ahora podemos ir al ritmo que nos faltó en el Rally Dakar. Al mismo tiempo, hemos visto dónde aún queda trabajo por hacer. Todo el mundo sabe lo que aún queda por lograr en los meses previos al Rally Dakar”.