La familia, la familia

Si la temporada 2016 te pareció aburrida, el remate que nos ha regalado Nico Rosberg con su jubilación anticipada es propia de un drama griego en el que el Alaia, un nombre casi capicúa, es el eje de la historia. Este apelativo vasco fue el elegido en agosto de 2015 por Vivian y Nico para denominar al hasta hoy primer y único modelo salido de su factoría. La llegada de la nieta de Keke parece ser el detonante del principio del fin de la carrera deportiva de su padre. En la temporada de su nacimiento, el flamante campeón no estuvo en disposición de echarle la pata a su amigo de la infancia Lewis, pero este 2016 empezó como un príncipe, lo peleó como el mejor vasallo, y lo acabó ganando como un rey. Nico ganó cuatro carreras seguidas, y la estadística dice que el que eso consigue malamente puede perder la corona. Al final, aunque Lewis ganara más veces y en general hiciera mejores tiempos, rompió en varias ocasiones y el marcador de puntos se inclinó hacia su socio dando validez al dicho manchego:

En fin Serafín, más corre el galgo que el mastín, aunque si el camino es largo más anda el mastín que el galgo.

El mes de diciembre de 2016 formulaunomente hablando quedó marcado por las ganas de Nico, Vivian y Alaia por estar juntos sentados en la mesa camilla calentitos en la casa de Ibiza. Llegó la hora de dejar todo este follón de las carreras, los viajes, y media existencia interesándote por la familia pegados al teléfono, porque para pegarse ya está Olivier Panis. El galo y padre de otro que viene bufando, Aurelien, se lió a galletas en el Trofeo Andros con uno al que no consideró de su familia. El recepcionario de la hostia fue el DTMero Adrien Tambay, al que Panis consideró que en pista le había gastado una jugarreta que le fue devuelta en toda su cara con el martillo de los tontos. El ganador de la prueba, Romain Grosjean, vio la escena y dijo "menuda leche le ha dado". Se sabe que Tambay y el púgil no son familia porque las únicas leches que se reparten entre familiares son las que se toma Alaia. Sabemos quién es el padre de la miniyo de Rosberg, pero ¿alguien sabe quién es su padrino?

Para padrino el de los mafiosos, y su padre fue Mario Puzo. El novelista era ludópata y La Mafia se mostró tan sumamente agradecida por la puesta en escena de su obra literaria que le dejaban ganar en sus casinos de Las Vegas. Cuando perdía, le dejaban largarse por la puerta sin abonar las trampas que dejaba a su paso sin tener que dar explicación alguna. La Mafia, tipos agradecidos sin duda. Ya se sabe, si es de la familia, no hay problema.

El siguiente problema que solucionar en esto del carrerismo, el de buscar un serete digno para el segundo Mercedes, y en la F1 se está jugando una larga partida de poker de las de cara larga, gafas oscuras y humareda tabaquera en el ambiente. A Nico se la pelan los 50 minolles de leuros que va a dejar de ganar por fajarse contra el resto a cambio de vivir la vida familiar que sus progenitores le mostraron en la casa familiar de Mallorca. El rubiales conoció allí el valor de estar en paz con el mundo, su entorno, y que hay sueños que se cumplen. Cuando esto ocurre, hay que buscarse otros y el chico, con la luz pagada pa unas pocas décadas, dijo que chapaba la barraca y le pasaba el marrón a Toto.

Si Nico apostó por su familia, los indicios apuntan a que Toto también. La opción Alonso era costosa y existían ciertos elementos de juicio que no le hacían la mejor de todas. En sus antípodas estaba Wehrlein, un gran piloto al que este año llegó Ocon y le superó, por poco, pero con menos mimbres, menos experiencia, y menos boato. Tanto fue así que en Force India dijeron "éste pa mí y a Pascal te lo quedas tú". Con Hulk recién fichado por Renault y con los gabachos con la reja echá, Valtteri Bottas es el mejor plan de todos. El problema es que si te lo quedas, dejas a Williams, uno de tus mejores clientes, tiritando. No se nos olvida la cara compungida de Rafaela, la mujer de Felipe Massa, cuando el accidente de 2009. La brasileña hubiera cambiado todo lo acumulado en su vida por que le devolvieran a su marido sano y salvo tras el incidente del muelle. Demostró que le quería, no se despegó de él ni a sol ni a sombra. La idem de la familia es larga y pesada y un Felipe cansado juró este año seguir la senda de Nico para ver crecer a Felipinho. El carambolero Tototrapi puede devolverle a un asiento que dejó caliente en Interlagos, aunque la maniobra no debería ser a cambio de aire. Las cuentas del equipo de Grove van a ir de cojones este año; llega Lance Stroll con, dicen, veinte minolles de leuracos en su equipaje, y si Massa le acompaña finalmente, que nadie piense que esto acabará aquí. Desde que el de Sao Paulo aterrizó en Williams Valtteri le mete en el costao, y han sido tres años seguidos. Nadie piensa que Felipe vaya a aprender muchos trucos nuevos a estas alturas y en buena lógica su desempeño debería ser sinónimo a lo visto. Con Bottas fuera, llegarían menos puntos, y menos aún con el concurso de Stroll, un novicio-novicio que necesitará tiempo. El chumbo no es tanto en cómo va a afectar esta pérdida de calidad al desarrollo como equipo a Williams, sino cuantos puntos van a perder ya de entrada al tener a este duo. Qui lo sá, pero seguro que trinca menos que con el finés a bordo, así que si finalmente sale por la puerta, que no te quepa la menor duda de que Claire dirá “vale, pero lo que voy a palmar a fin de año, me lo vas a indemnizar en billetes verdes”. Esto será a cambio de una factura, de unos pocos motores, o puede que de las dos cosas. La rumoreada salida de Paddy Lowe con ese mismo destino bien podría formar parte del apaño. Una familia pierde, para que otra gane.

Una de las claves de que la rebelión de La Guerra de las Galaxias fue la destrucción de La Estrella de la Muerte, el motorhome de Darth Vader. La clave de la explosión del capítulo IV (la primera peli de todas) reside en una pista familiar transmitida en Rogue One. Sin el enlace sanguíneo el resto de la space opera que creó George Lucas no hubiera pasado de peli palomitera rayana en la Serie B. El Padrino, el de la peli, hablaba entre dientes y casi susurrando en su película de mafiosos. Ese papel le ha tocado en esta cinta a Toto Wolff, que remata el capítulo de hoy con otra frase de cine, "te voy a hacer una oferta que no podrás rechazar", mientras no esconde a sus espaldas un sable láser sino un manojo de llaves que contiene las de un descapotable gris.

Obviamente, continuará.