¿Un Ferrari F40 con motor V12 atmosférico? Sí, existe... y ésta es su historia

Para muchos, el Ferrari F40 fue el primer 'supercar' o 'hypercar' de la historia, un modelo único, definitivo. Muchos lo juzgan superior a sus sucesores F50 o F60, aunque estos pueden ser más potentes y dinámicamente superiores.

Lo de reemplazar su motor de ocho cilindros por un V12 atmosférico fue una idea –o quizás capricho– del gentleman driver Stefano Sebastiani, que encargó a Simpson Motorsport este especialísimo F40 también denominado Simpson Ferrari V12 GTR.

Sebastiani, italiano pero residente en Gran Bretaña, se hizo con un chasis de F40 que se había utilizado en las pruebas de choque y lo confió a Robin Simpson Smith, de Simpson Motorsport. De hecho, ambos tenían una gran relación desde hacía tiempo porque el piloto había confiado a la empresa varios modelos, desde su Ferrari 348 de competición hasta otros como un Chevron B36 o un Lola de Indycar.

El motor V12 provenía de un Ferrari 550 Maranello y se le acopló un cambio F40, así como una carrocería aligerada con el estilo del F40, ruedas de 11 x 18 delante y 12,5 x 18 detrás. Frenos adecuados y suspensiones realizadas expresamente para el modelo. Bueno, el chasis también necesitó alguna modificación. Más adelante se sustituyó la caja de cambios por una secuencial de origen Hewland. Ni que decir tiene que llevaba los elementos de seguridad requeridos para competición.

El coche tomó parte en una docena de competiciones entre 2002 y 2008. Mauro Baldi, que fue campeón del mundo de resistencia, lo pilotó en las 6 horas de Vallelunga y afirmó que era mucho más agradable de conducir que otros F40 con el motor original.

El coche sale ahora a subasta con un aliciente especial. No sólo ha sido restaurado por Simpson, sino que además está matriculado, es 'street legal'.

Su precio es una ganga. Iconic Auctioneers, que lo subastará en Silverstone a final de este mes –23-25 agosto–, calcula entre 500.000 y 600.000 libras, es decir, menos de 700.000 euros. Un buen F40 LM se cotiza más del doble… pero éste en cualquier caso resulta icónico.