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Skoda Vision X: un B-SUV híbrido, pero adaptado al GNC

Tras haber llegado al segmento D-SUV y C-SUV, la marca afronta un nuevo escenario

Se trata de un concept car híbrido y con un lenguaje de diseño evolucionado

Es muy probable que el modelo de producción llegue en 2019

Javier Montoro

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05 Mar 2018 - 18:46

Después de haber lanzado el Kodiaq y del Karoq en 2016 y 2017 respectivamente, Skoda presenta el adelanto de su tercer crossover, el más pequeño de todos y que, aunque parecido a sus hermanos mayores, estará muy ligado al nuevo Seat Arona, modelo con el que comparte plataforma, cotas y determinados componentes. Este SUV, nacido como Skoda Vision X, es un concept que adelante las líneas maestras del futuro B-SUV de la marca checa.

Considerado un 'crossover urbano' por Skoda, la versión de producción del Vision X, cuyo lanzamiento está previsto para finales de este año o principios del que viene, llegará al mismo tiempo que el SUV utilitario de Volkswagen, una especie de Polo elevado que se denominará T-Cross y se ubicará justo por debajo del T-Roc. Este modelo contará con una evolución en el lenguaje de diseño de la marca centroeuropea, que invierte la importancia de su doble óptica delantera.

En este sentido y según las primeras imágenes publicadas por la marca, las líneas cobrarán prominencia a la vez que deportividad. Al parecer esta nueva influencia estética, basada en el arte del cristal de bohemia, verá su reflejo en el interior, donde se presenta una cabina presidida por un tablero diáfano con una gran pantalla táctil sin prácticamente marco que complementa un cuadro de mandos digital de nueva generación y un túnel de transmisión sin apenas controles físicos: la instrumentación es casi completamente virtual.

El Skoda Vision X esconde bajo el capó un motor G-TEC de cuatro cilindros y 1.5 litros turboalimentado capaz de funcionar con gasolina o gas natural comprimido –GNC–. Lo más destacado de este propulsor es que a la vez forma parte de un tre motriz híbrido, ya que este motor de gasolina o GNC está asociado a un propulsor eléctrico. Este concepto híbrido sin comparación, que además se combina con un sistema de tracción delantera que cambia a tracción total según las necesidades del pilotaje emite tan sólo 89 gramos por kilómetro de CO2. Aunque no hay datos sobres sus prestaciones, se espera que el motor eléctrico acredite un par motor de 1.000 Newtnon metro y tenga una autonomía de 650 kilómetros, en teoría gracias a la combinación de sus tres fuentes de energía.