Radares Veloláser: todos sus secretos, al descubierto

Los radares Veloláser son una de las armas más eficaces que tiene a día de hoy la DGT para controlar los excesos de velocidad. Son casi indetectables porque miden menos de 50 centímetros, y su estructura está preparada para colocarse en casi cualquier lugar que puedas imaginar. Además, su instalación es rápida y sencilla, con lo que la patrulla que tenga uno podrá establecer fácilmente diversos puntos de control en poco tiempo.

Otra de las grandes ventajas de los radares Veloláser es que pueden manejarse a distancia, con lo que no es estrictamente necesario que haya una patrulla de la Guardia Civil al lado. Pero ojo, porque aquí entra en juego la primera variable relacionada con estos aparatos: el tipo de control que se quiera realizar.

QUÉ TIPOS DE CONTROLES HACEN LOS RADARES VELOLÁSER

En primer lugar están los controles genéricos, que son los que estamos más habituados a ver en la carretera. El dispositivo tiene que estar colocado junto al coche oficial de la Guardia Civil o adosado a él. La Benemérita tiene que ir convenientemente uniformada, de tal forma que el control produzca realmente un incremento de la seguridad del lugar. Sin embargo, al contrario de lo que sucede con los radares fijos, no tienen que estar previamente señalizados.

En el otro extremo están los conocidos como controles selectivos, en los que los radares Veloláser se colocan separados de los agentes. Pueden ubicarse de forma discreta, ya que su objetivo es detectar los grandes excesos de velocidad. Es decir, el umbral de la captura de infracciones se fija a partir de un límite más elevado, en este caso, la detracción de puntos.

En ambas situaciones, las autoridades notificarán la multa al infractor pocos kilómetros después mediante un segundo coche patrulla.

QUÉ PUEDEN Y QUÉ NO PUEDEN HACER LOS RADARES VELOLÁSER

A pesar de que cada uno de los radares Veloláser que hay en funcionamiento tiene un coste de 14.338 euros, no son infalibles. Esto es lo que pueden hacer y lo que no:

• Pueden controlar dos carriles de diferente sentido al mismo tiempo.
• Registran velocidades de hasta 250 kilómetros/hora.
• Pueden manejarse de forma remota a través de WiFi o 3G/4G.
• Pueden calcular la distancia de seguridad.
• Discriminan entre tipos de vehículos para aplicar los límites correspondientes.
• Tienen un margen de error de tan sólo el 5%.
• Pueden funcionar por la noche.
• Sólo consiguen medir la velocidad en el 75% de las ocasiones.
• No funcionan cuando hace más de 30 grados de temperatura.

CURIOSIDADES SOBRE EL DÍA A DÍA DE LOS RADARES VELOLÁSER

Los radares Veloláser pasan un tiempo medio de una hora y diez minutos en cada ubicación en la que desempeñan su labor. Además, y a pesar de que son efectivos a cualquier hora del día, se sabe que se usan sobre todo entre las 08:00 y las 13:00 horas y entre las 17:00 y la 21:00 horas. En esas dos franjas horarias se producen el 73% de los controles, según datos de SocialDrive.

También se han hecho estadísticas que indican los lugares más habituales en los que se colocan los radares Veloláser. Sobre todo se utilizan trípodes, en lo que supone un 67% de los casos. Por detrás están los guardarraíles con un 15%, coches tanto oficiales como camuflados con un 10% y las propias señales de tráfico –7,5%–. Se sabe además que se utilizan, sobre todo, en autovías y autopistas y en vías comarcales, con un 30% de casos detectados en cada una. Por detrás están las carreteras nacionales con un 25%, mientras que el 15% restante queda reservado para los entornos urbanos.