Radares de tramo: todo lo que necesitas saber

Existe una gran unanimidad en la percepción que la mayoría de los conductores tiene de los radares en carretera. Aunque todos sabemos que su razon de existir es la seguridad, en ocasiones se tiene la sensación de que su función es más bien recaudatoria. 

Bien es cierto que la mayoría de los cinemómetros instalados en nuestro país se encuentran en tramos de gran afluencia de vehículos y donde los excesos de velocidad precisan de un mayor control. No obstante, algunos de los sistemas de control de la velocidad del tráfico más cuestionados por los conductores son los radares de tramo puesto que, por su mecánica de funcionamiento, dejan lugar a una sombra de duda sobre si su cálculo es todo lo acertado que debería.

En realidad, el funcionamiento de los radares de tramo es bastante sencillo. Como su propio nombre indica, controlan un sector en concreto de la carretera con una cámara al comienzo y otra al final del tramo controlado. La primera, registra la matrícula de los vehículos que pasan por el punto inicial y toma nota de la hora exacta; la segunda coteja las salidas del tramo y, mediante un ordenador, calcula la velocidad media de cada vehículo que ha atravesado dicho tramo. Los datos de los vehículos infractores son enviados al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de la DGT para proceder a su denuncia.

Sin embargo, la organización Automovilistas Europeos Asociados –AEA– ha detectado que dichos radares no discriminan al vehículo infractor cuando dos vehículos circulan en paralelo, del mismo modo que tampoco aplican correctamente los márgenes de error legalmente establecidos.

Así lo ha anunciado la AEA tras un caso en el que se ha visto involucrado uno de sus asociados, que fue multado por un radar de tramo pero en la foto que acompañaba a la denuncia aparecía otro coche. Al aparecer, en el caso de que haya dos vehículos en paralelo, el radar no puede determinar con exactitud cuál de los dos vehículos ha cometido la infracción.

Otro de los puntos en cuestión es el de los márgenes de error. El Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de la DGT indica que "para el cálculo de excesos de velocidad y sanciones aplicables, se han tenido en cuenta los márgenes de error estipulados en la norma UNE 26444". Empero, según indica el presidente de AEA Mario Arnaldo, dicha norma nunca ha sido de aplicación para este tipo de radares, ya que cuando se aprobó –en 1992– no existían esta tecnología.

Como ejemplo para ilustrar este hecho, si un conductor circula a 132 kilómetros/hora en un tramo limitado a 100 kilómetros/hora, éste será sancionado con una multa de 300 euros y dos puntos del carnet. Con todo, el cuadro de multas de la Ley de Seguridad Vial establece que, descontado el margen de error, la sanción debe de ser de 100 euros y ningún punto.

Según AEA, esta aplicación incorrecta del margen de error podría haber supuesto la emisión de 300.000 multas por exceso de velocidad cuya cuantía no está correctamente ponderada.

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