Éstos son los seis Pininfarina imprescindibles, según el nieto del fundador

No podría ser de otro modo, comienza con el Cisitalia 202 de 1947, uno de los primeros modelos firmados por Pininfarina que realmente asombraron al público. En realidad, Piero Dusio había confiado a varios diseñadores la tarea de carrozar su chasis, pero sin duda Pininfarina dio en el clavo. Presentado en el Salón de París de 1947, ya en 1951 estaba expuesto en el MoMA de Nueva York, y es que este coche cambió la estética del automóvil de posguerra. Sin embargo, era caro, y tuvo poco éxito comercial, reduciéndose a 170 unidades producidas hasta 1952.

El siguiente es el Lancia Aurelia B24 Spider de 1956, un coche cuyas curvas son incluso demasiado sugerentes. No en vano, el propio Paolo considera que el coche se realizó "teniendo en mente a una mujer preciosa". Preciosa y efímera, pues sólo se construyeron 521 unidades, todas con el motor de 2.5 litros.

Pero Pininfarina es Ferrari, y viceversa. De ahí que la siguiente elección resulte casi demasiado obvia, pero también imprescindible. El Ferrari 275 GTB/4 de 1966, un diseño atemporal que define lo que es un coche deportivo de los años sesenta, y último proyecto en que intervino el anciano Battista. Cierto que recoge algunas ideas del más famoso 250 GTO, pero no caigamos en la vulgaridad de compararlos. El 275 GTB/4, con su arrollador V12, es una imagen impactante que sólo se produjo en 970 ejemplares.

Más modesto, pero no por ello menos hermoso, es el Fiat 124 Spider, el ancestro del actual que sólo ha podido inspirarse en él. Surgido en 1966, fue una delicia desde el primer momento, y resumía a la perfección la Dolce Vita italiana: un pequeño deportivo descapotable con el que disfrutar de la costa. El coche demostró además ser muy rápido una vez preparado por Abarth, ganando incluso rallies. Pero siempre con la elegancia de las líneas de Pininfarina: "no se ha vuelto a hacer nada igual, era completamente diferente de todo lo que le rodeaba, incluso hasta hoy", según Paolo.

No podía faltar, por supuesto, el Dino 246 GTS, el que fuera primer modelo de motor central que salía de Maranello, pero que no era un Ferrari. Sin embargo, las elegantes y perfectas proporciones del modelo causaron tanta admiración, que acabó siendo la base de diseño de los futuros Ferrari, especialmente con la llamativa tobera lateral. Surgido en 1968, todavía hoy se muestra moderno y atractivo, y quizás esa atemporalidad es lo que mejor resume el por qué de su existencia: el homenaje de Enzo a su hijo fallecido.

El último de los modelos es una ofrenda de Ferrari o de Pininfarina. Hablamos del Ferrari Sergio, surgido realmente en memoria al gran Sergio Pininfarina en 2013, poco después de su fallecimiento. Era justo y era necesario que ambas marcas se rindieran tales honores, pero que casi ha sido un epitafio, porque desde entonces pocos Ferrari han llevado la firma de Pininfarina, y hoy en día ningún modelo nuevo la lleva. Quizás no lo sabían, o sí, pero en el Sergio se deposita un largo camino recorrido juntos: el de la belleza y la deportividad extremas juntas para siempre.

Se podría argumentar que falta algún modelo, como por ejemplo el Alfa Romeo Giulietta Spider de los sesenta, o muchos otros, claro. Pero estos seis modelos recogen la esencia inmortal de Pininfarina, que ojalá no falte nunca a los que amamos los coches hermosos.