'Null', la divertida placa de matrícula que se ha convertido en motivo de insomnio

Lo que a Joseph Tartaro, experto en seguridad informática, le pareció una idea divertida se ha convertido en una pesadilla que puede costarle 12.000 dólares –unos 10.800 euros–. Son las multas que 'colecciona' su placa de matrícula, muchas de ellas en lugares donde nunca a estado. Todo ello por elegir una placa equivocada para su automóvil.

Ahora se enfrenta a la disyuntiva de renovar su placa ante el registro de California, Estados Unidos, y a ser posible sin tener que pagar todas estas multas.

A Tartaro le pareció divertida la placa 'Null' y la compró al registro correspondiente a finales de 2016. Buscaba una matrícula personalizada, también denominadas 'vanity plate' o 'placa de vanidad'.

"La idea era 'anular' mi placa de coche", explicó recientemente en una conferencia de hackers. Pero quizás no tuvo en cuenta, pese a su profesión, que 'Null' puede querer decir nulo, anulado, vacio, etc. Es una palabra usada frecuentemente en los lenguajes de computación.

Lo peor es que está atrapado un círculo casi kafkiano del que debe querer escapar, pero que no sabe como.

Parece que cuando le llegó la primera multa le divirtió el error y la pagó. Sin embargo, a partir de ahí, cuando llega a la base de datos de tráfico algo, asocia 'Null' con su nombre y dirección, aunque sospecha que algún hacker le ha robado la placa. "Me sorprendió que me permitieran registrar esta placa, pero cuando debí renovarla no me lo permitió. Tenía el número de registro y pude hacerlo", apuntó.

Tartaro sospecha que cada vez que un policía comete un error en la transcripción de la placa de un vehículo multado, la máquina pone 'Null' y automáticamente lo asocia con su coche, ya que las multas que le llegan son de lugares muy distintos y de coches de diversas marcas. Incluso de dos vehículos de marcas diferentes en el mismo lugar y con poco tiempo de diferencia o le han llegado algunas puestas meses antes de que comprara la placa.

Por el momento nadie le da una solución. La compañía privada de notificación de multas le pide que pruebe que no son suyas y la policía de Los Ángeles sólo le da una salida: cambiar de placa.