Nissan ve la luz al final del túnel

Este resultado supone un cambio de tendencia respecto a las pérdidas que el fabricante japonés había arrastrado desde la destitución de Carlos Ghosn –671.200 millones de yenes en 2019; 448.700 millones en 2020–.

De hecho, en el cuarto trimestre del año fiscal 2020 –de enero a marzo de 2021– también tuvo números rojos –81.000 millones de yenes–.

La marca que dirige Makoto Uchida atribuye este punto de inflexión a la evolución favorable del mercado, a su capacidad para lidiar con la crisis global de semiconductores y a la reciente reestructuración de la compañía.

Los resultados de este último trimestre ya han propiciado que los directivos incrementen en 120.000 millones de yenes sus previsiones económicas para el conjunto del año, que ahora son de beneficios por valor de 60.000 millones de yenes –461,7 millones de euros– .

"Hemos obtenido resultados fuertes en los tres primeros meses de nuestro año fiscal y hemos continuado avanzando en el plan de transformación industrial Nissan Next", ha dicho Makoto Uchida, director ejecutivo de la firma.

"Anticipamos que la incertidumbre continuará en lo que queda de año. Monitorizaremos y gestionaremos los posibles riesgos al mismo tiempo que seguimos mejorando la calidad de nuestras ventas, siempre manteniendo nuestra disciplina financiera".

"En la segunda mitad del año esperamos que haya una recuperación cimentada sobre diversos nuevos modelos que se introducirán en mercados clave".

Es importante recordar que Nissan anunció en 2020 que reduciría en un 20% su capacidad productiva, en tanto que su fuerza industrial –7,2 millones en 2018– no se correspondía con sus cifras de ventas –5,4 millones en 2019–. Este plan de recortes global ha afectado de lleno a sus operaciones en Barcelona, donde cerrará la fábrica que regenta el próximo 31 de diciembre.