Nico Rosberg vuelve a los circuitos por un día

Rosberg, que ahora tiene 35 años, se ha convertido en un portavoz de la electromovilidad desde su retirada del Gran Circo. Y ésta era la ocasión de conocer de primera mano el primer gran coche de competición de esta nueva era, a pesar de que está concebido como un vehículo de exhibición y no participa en carreras de ningún tipo.

"Hacía tiempo que no llevaba un coche de carreras en la lluvia, pero me he sentado como un pez en el agua. Es genial. La tracción, la aceleración, la carga aerodinámica… Me ha resultado todo muy familiar", dijo el teutón después de bajarse de la máquina, además de declarar que sólo había sentido algo parecido en la Fórmula 1.

El ID.R es un prototipo de 670 caballos de potencia que Volkswagen desarrolló a raíz de su salida del Mundial de Rallies en el año 2015, de una forma parecida al 919 Hybrid Evo que Porsche creó cuando cerró su departamento de LMP1 en el WEC. En los últimos años se ha paseado por algunos de los circuitos más icónicos en busca de plusmarcas.

La gran hazaña de esta máquina fue su éxito arrollador en la subida de Pikes Peak 2018, cuando estableció un nuevo récord absoluto en 7'57"148. Fue unos 16 segundos más rápido que el registro anterior, propiedad de Sébastien Loeb, y un minuto más veloz que el mejor eléctrico.

El coche cuenta con dos motores eléctricos y pesa tan sólo –para ser eléctrico– 1.100 kilos, con una aceleración en el 0-100 de 2,25 segundos que está en la órbita de la Fórmula 1. Claro que todo este rendimiento propicia una autonomía más que limitada, de ahí que sólo pueda establecer vueltas rápidas puntuales entre cargas.