Mini Countryman, 60 años de vida y un origen de madera

El Mini Countryman es uno de los modelos más llamativos que tiene hoy a la venta la firma del Grupo BMW. Sin embargo, sus orígenes se encuentran ya a 60 años vista. Fue en 1960 cuando se puso a la venta el vehículo original, bautizado como Austin Seven Countryman y que llegó de la mano del Morris Mini Traveller.

Aquella época destacaba por ofrecer al público unos vehículos en los que los bastidores de madera artesanales eran la estructura principal. Los paneles metálicos y el cuero se fijaban a los mismos con una gran cantidad de pequeños clavos para crear la carrocería. Un proceso del todo manual que requería de experiencia, maña y paciencia. Eso sí, este método se utilizaba principalmente para los vehículos especiales y de gran tamaño. Desde 1920 ya existía la fabricación de chapas metálicas, algo que surgió en Estados Unidos.

El bastidor de madera expuesto lograba un curioso contraste con los paneles metálicos pintados. Esta técnica, conocida como Woody, se convirtió incluso en un reclamo de diseño. Así nacieron los Austin Seven Countryman y Morris Mini Traveller justo un año después que el Mini. Los puntales de madera del pilar central y de la sección trasera del bastidor eran sólo decorativos, ya que la carrocería de chapa de acero autoportante y moderna del Mini no requería un refuerzo adicional. Sin embargo, los clientes más conservadores demandaban el método de construcción convencional, especialmente en Gran Bretaña.

La exportación a otros mercados obligó a abandonar la madera, puesto que fuera de las fronteras británicas no existía ese reclamo de tradición con esta técnica. En cualquier caso, tanto el Austin Seven Countryman como el Morris Mini Traveller contaban con un motor de 0.85 litros y 34 caballos de origen, si bien desde 1967 se sustituyó por uno de 1.0 litros y 38 caballos. Con un peso de entre 660 y 674 kilos y una longitud de 3,3 metros era potencia más que suficiente.

La producción de este dúo precursor del Mini Countryman acabó en 1969 tras fabricarse 207.000 unidades. Tras ellos llegó el Mini Clubman Estate, de aspecto cuadrado y con una película de plástico adhesiva que imitaba a la madera.