El director ejecutivo de Nissan está en la cuerda floja

La junta directiva de la compañía ya le ha hecho saber a Uchida que tiene que acelerar el plan de contención de gastos y recuperar los beneficios económicos. También tiene que demostrar que sabe cómo recuperar la alianza con Renault, muy maltrecha desde la detención de Carlos Ghosn. En este último frente, el plan es anunciar la nueva hoja de ruta en mayo de este mismo año.

La situación del director ejecutivo puede considerarse como un ultimátum. Según la agencia Reuters, el resto de directivos evaluarán su rendimiento y tomarán una decisión a mediados de este año. Si no les convence lo que ven, nombrarán un sustituto. Sus próximos pasos serán seguidos con lupa y decidirán su futuro.

"La mejor forma de describir la actual situación de Uchida es que está a examen, por no decir algo más serio. En el peor de los casos, se le dará puerta", comenta una fuente anónima de Nissan a la agencia Reuters.

Makoto Uchida acaba de llegar al cargo. Lo asumió en diciembre en sustitución de Hiroto Saikawa, que dejó el puesto en septiembre por mala praxis financiera. Saikawa fue a su vez el relevo de Carlos Ghosn, arrestado en noviembre de 2018 y en la actualidad fugado al Líbano, desde donde denuncia un complot contra su persona.

Los últimos resultados de Nissan son de pérdidas por valor de 26.100 millones de yenes, el equivalente a unos 219 millones de euros, para el cuarto trimestre de 2019, el tercero del año fiscal de la empresa, que termina en abril. Las previsiones para el cómputo anual se han reducido un 43%, de 12.60 a 710 millones de euros de beneficio operativo.

A nivel español, esta incertidumbre coincide con un momento determinante para el futuro de la planta de Nissan en Barcelona. El Gobierno central y la Generalitat de Cataluña presentarán en breve un plan para la continuidad de Nissan en el centro, que ahora mismo opera al 20% de su capacidad. Nissan dijo a mediados de 2019 que suprimiría 12.500 empleos, un 10% de su plantilla, antes de 2023.