Los gobiernos no quieren que las ayudas al motor se deslocalicen

Renault ha pedido 5.000 millones al gobierno francés. Europa ha dado el visto bueno, pero el Gobierno todavía retiene esta ayuda. No la ha aprobado pese a ser el primer accionista del grupo, con un 15% del capital y un 30% de los votos. Exige a cambio algunas seguridades.

El presidente Emmanuel Macron lo dijo claramente este martes, día en el que anunció un paquete de incentivos económicos por valor de 8.000 millones de euros para reactivar las ventas y el sector. Fijaba la electrificación como la tecnología del futuro y pedía a las marcas francesas que no trasladaran la producción a otros países.

Es un detalle importante cuando cuatro fábricas francesas de Renault están bajo amenaza de cierre. Lógicamente el gobierno francés quiere que el dinero beneficie a sus ciudadanos y, sobre todo, que sirva para que el paro del país no aumente.

Las palabras de Macron encierran la voluntad de una desglobalización y recentralización de la producción, que podría tener consecuencias en España, donde Renault tiene dos importantes plantas de montaje en Valladolid y Palencia, pero también de motores y cambios.

Y algo similar está sucediendo en Italia, donde el Gobierno ejerce de aval para un crédito de 6.300 millones a Fiat, sólo desbloqueado cuando el peticionario ha sido FCA Italia y condicionado a que el dinero repercuta en inversiones sobre territorio italiano.

Aun así, la 'Coordinadora para defensa del ambiente y de los derechos de usuarios y consumidores italianos' lo ha llevado a los tribunales por entender que es un ayuda ilegal, dado que FCA Italia es una subsidiaria del holding holandés FCA con sede en Londres, que se aprovecha de toda una serie de exenciones fiscales en ambos países pese a que no produce nada en ellos.

El tema no es nuevo. El presidente estadounidense Donald Trump lleva insistiendo a la industria americana para que repatrie la producción de modelos par el mercado nacional, atrayendo la producción que en la actualidad se encuentra en otros países, especialmente en México.

Ya se han producido algunas desinversiones importantes. General Motors ya abandonó Europa y ahora también Australia, lo que conllevará la desaparición de la marca Holden, aunque el gobierno austral trata de conservarla, aunque sea nacionalizándola. Fiat, Renault y PSA se están retirando del mercado chino, donde Seat ha visto aplazados sus planes de desembarco, si no cancelados. Y es posible que se deje de depender de proveedores únicos o de un único país para tratar de evitar situaciones como las creadas por el Covid-19, en el que la cadena de suministros se ha visto a menudo interrumpida.