Llarena y Fernández comienzan su asalto al Europeo en Roma

Efrén y Sara cambian de coche, lo que es obvio por el ascenso de categoría, y también de marca. El grupo PSA confía en Citroën para la categoría R5 y el coche de Efrén será un Citroën C3 R5, que ya ha tenido ocasión de probar.

"Las sensaciones que me ofrece mi nuevo Citroën C3 R5 son bastante buenas. Tras los primeros test de asfalto creo que tenemos una configuración de set-up óptima" ha dicho Efrén.

Llarena no ocultó que estaba un tanto preocupado antes de este test "porque no sólo es un coche mucho más potente que el R2 que manejamos estos últimos años, sino porque es un coche de cuatro ruedas motrices. Pero el Citroën es muy fácil de conducir y me sentí muy cómodo desde el primer momento y poco a poco fue aumentado mi confianza y mi velocidad".

Efrén sabe que en Roma va a tener las cosas difíciles. Es más, posiblemente toda la temporada será complicada porque hay pocas pruebas, sólo seis, en el calendario debido al coronavirus y algunos de sus adversarios cuentan con gran experiencia de la categoría R5 y en el Europeo.

"Sabemos que va a ser difícil ya que no tengo muchos kilómetros al volante del Ciroën, pero creo que el proceso de adaptación va bien y puedo conducir este coche exactamente como quiero. Voy a dar el 100% desde el primer momento de este Rally di Roma Capitale donde quiero ir lo más rápido posible", afirmó Llarena, quien a la vez sabe perfectamente que un campeonato tan corto no da derecho al mínimo error; un cero es fatal y la cita de Chipre, en su día reputado como el rally más duro del mundo, es un peligro para quien antes haya anotado algún cero en el casillero.

Llarena tendrá frente a sí una gran oposición. Nada menos que 29 coches R5 enfrente con Giandomenico Basso y Alexey Lukyanuk al frente; son los ganadores de las dos últimas pruebas. Hay pilotos del Mundial, como Oliver Solberg con su Volkswagen Polo –no hará el Europeo porque disputará el WRC3, pero quiere mejorar su ‘feeling’ con el asfalto– o Craig Breen, con un Hyundai, que viene aquí para rodarse cara al reinicio del WRC; los que van a por el Europeo –Griebel, Mares o el propio Lukyanuk– y los italianos que corren en pos de su campeonato nacional –Basso, Crugnola o Scattolon–.

Una inscripción de lujo, aderezada con la presencia de tres coches WRC, admitidos a la prueba pero que no aparecerán en la clasificación del Europeo. Hyundai alineará dos coches, uno para Dani Sordo y otro para Pierre-Louis Loubet, con el objetivo de foguearse y que vayan tomando forma, mientras que ‘Pedro’ estrenará un Ford Fiesta WRC.

La prueba italiana comenzara el viernes frente al famoso Castillo de Sant’Angelo, para concluir el domingo a media tarde en Fiuggi, donde estará instalado el parque de asistencia. Tiene un total de 813,57 kilómetros, de los que 197,7 kilómetros corresponden a las 15 pruebas de velocidad, todas ellas sobre asfalto. Dos etapas, ambas con tres especiales, pero el sábado se hacen dos veces cada una, mientras que en el domingo las pasadas son tres.