Sato gana a Dixon en una Indy500 cruel para Palou y Alonso

La prueba ha sido especialmente cruel para los intereses de los dos pilotos españoles: Alex Palou ha tenido un accidente cuando iba noveno tras adelantar a cuatro coches y estaba en modo ataque, peleando con pilotos que luego han terminado entre los cinco primeros. Fernando Alonso ha tenido una avería que le ha afectado al cambio de marchas, costándole una vuelta en boxes y acabando con toda opción de conseguir un buen resultado.

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Indianápolis debe parte de su prestigio a la tradición y liturgia que rodea al evento, claves para preservarlo, presentarlo y venderlo en la escena internacional como el mayor espectáculo de las carreras −The Greatest Spectacle in Racing−. Pero la pandemia del COVID-19 obligó a revisar dos de sus rasgos más distintivos: su lugar en el calendario y la presencia de aficionados en las tribunas. Por primera vez en la historia, la prueba se celebraba fuera del mes de mayo −23 de agosto− y a puerta cerrada.

La de 2020 también era la primera edición con Roger Penske como propietario de la IndyCar y de las instalaciones del Indianapolis Motor Speedway, después de que en enero completara una adquisición que ya se había anunciado en otoño de 2019. El legendario propietario de equipo quería incrementar el premio económico de 13 a 15 millones de dólares, aunque la crisis del coronavirus y la imposibilidad de vender entradas propiciaría que al final se redujera a la mitad, a 7,5 millones, regresando a niveles de 1992.

La prueba también contaba con dos pilotos españoles en pista: Alex Palou y Fernando Alonso. Palou debutaba en la IndyCar y venía de sumar un podio brillante en Road America un mes antes de Indianápolis, mientras que Alonso hacía su tercera incursión en el famoso óvalo en busca de una victoria que le permitiera completar la triple corona del automovilismo, emulando así una hazaña que tan sólo había conseguido Graham Hill. Compartirían pista con otros 31 monoplazas, con Marco Andretti en la Pole Position −33 años después de la Pole de Mario Andretti en 1987−.

Palou fue la gran revelación de los entrenamientos y de la clasificación. Pese a su condición de inexperto, pese a pertenecer a una estructura modesta, el piloto del Dale Coyne Racing with Team Goh se situó entre los más rápidos y se ganó un billete al Fast Nine, donde se ganó la séptima posición de la parrilla. Tan sólo un problema técnico con el weight jacker, que se quedó bloqueado en la primera de las cuatro vueltas rápidas, le impidió pelear por la Pole Position.

Alonso jugaba a la remontada desde el 26º puesto. El motor Chevrolet había sido claramente inferior en clasificación y eso lo relegó al fondo de la parrilla, aunque el asturiano mantenía la confianza en su ritmo de carrera para remontar en las 200 vueltas del domingo. Su estructura el Arrow McLaren SP, que alineó un tercer monoplaza para él. Tuvo un accidente en los entrenamientos del 13 de agosto que le obligó a sustituir el alerón delantero.

Salida. La Pole Position le duró muy poco a Marco Andretti. De hecho, Scott Dixon cogió su rebufo en la misma recta de meta y completó el adelantamiento para ponerse en cabeza. También le pasó Takuma Sato, segundo al cierre de la primera vuelta. Por detrás, Palou caía de la séptima a la undécima plaza, mientras que Alonso era momentáneamente vigesimoséptimo. Un accidente de Ed Carpenter, cerrado al muro por Santino Ferrucci, le devolvió la vigesimosexta que ostentaba en parrilla.

En la vuelta 5, Ryan Hunter-Reay se aupó a la segunda posición con sendos movimientos sobre Andretti y Sato respectivamente. Y, en la 6, James Davison provocó la primera bandera amarilla de la jornada. Su freno delantero derecho estalló en llamas y el tercer Dale Coyne tuvo que ponerse en manos de los bomberos, que intervinieron con rapidez. Una decena de pilotos rezagados, entre ellos un Alonso que entonces era 26º, aprovecharon la circunstancia para parar y ponerse en otra estrategia. Palou se quedó fuera.

Dixon aguantó el liderato en la resalida. Por detrás, Palou adelanto a un coche para ser 11º y Alonso a dos para ser 24º. En los siguientes giros, James Hinchcliffe pasaría a Andretti para ser cuarto. Entonces se entró en una pequeña fase de estabilidad, hasta que en la vuelta 25 ondeó la segunda bandera amarilla de la jornada.

El protagonista de esta caution fue Marcus Ericsson, que golpeó el muro con su Chip Ganassi y necesitó la intervención de la grúa. Eso propició que todos los coches que no habían parado durante la primera amarilla visitaran el Pit-Lane. Uno de ellos fue el mismo Palou, que se reincorporó 19º tras poner gasolina y neumáticos. Alonso hizo un segundo pit-stop, de modo que era 28º.

En la resalida, Simon Pagenaud cogió el rebufo de Oliver Askew para asumir el liderato de la Indy500, evidenciando que coincidían dos estrategias distintas sobre la pista tras el ‘desorden’ del primer pit-stop. Los dos pilotos españoles conservaron posición, aunque ambos ganaron una antes de llegar a la vuelta 40: Palou era 18º y Alonso 27º.

En la vuelta 46, los coches que habían entrado con el primer caution completaron su segunda parada. Eso devolvió a Scott Dixon a lo alto de la clasificación, seguido de Alexander Rossi y Rinus VeeKay al llegar a la vuelta 50. Palou era duodécimo y pedía por radio que le pusieran más alerón delantero, porque el coche se convertía en subvirador cuando entraba en el rebufo de un rival. Alonso era 20º.

Dixon abrió un margen de dos segundos sobre Rossi, completando la siguiente parada en la vuelta 63 y consolidándose delante de Pagenaud y Askew a pesar de ir en estrategias cruzadas. Los segundos soñaban con una bandera amarilla para meterse en la carrera, pero ésta no llegaba. Rinus VeeKay caló en boxes tras golpear a un mecánico. Palou entró en la 65 y regresó a la pista decimoctavo, por detrás de Rahal y Harvey, que eran rivales directos. Alonso era 25º; 24º tras un adelantamiento en los instantes siguientes.

En la vuelta 77, Pagenaud completó su tercer pit-stop. Eso lo volvía a separar momentáneamente de Dixon, que aguantaba en cabeza como líder absoluto en bandera verde. Con las paradas de los que iban en estrategia alternativa, Palou recuperaba la 12ª posición que tenía en su tanda anterior y Alonso ganaba una plaza para ponerse decimonoveno.

La tercera bandera amarilla tuvo como protagonista a Dalton Kellett, que en la vuelta 85 perdió el control de su coche y se fue contra el muro en la tercera curva. Eso propició una oleada de paradas en boxes que unificó estrategias, lo cual benefició a un Dixon que se consolidaba como líder absoluto ante un Pagenaud que caía al fondo de la parrilla. Palou era decimotercero tras perder una plaza; Alonso era decimosexto.

La bandera verde ondeó en la 93, pero hubo dos accidentes en la resalida. Conor Daly trompeó al pisar el acelerador a fondo cuando estaba en paralelo con Palou. No llegó a contactar con el catalán, pero se fue contra el muro. Acto seguido, el pelotón levantó el pie y Oliver Askew perdió el control en una maniobra evasiva. Alex seguía decimotercero, pero Fernando subía a decimoquinto.

REPLAY: Yellow Flag is out after this incident involving @AlexPalou in Turn 1.

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— Indianapolis Motor Speedway (@IMS) August 23, 2020

La carrera llegó a su ecuador en bandera amarilla, pero la verde ondeó en la 101. Y la reanudación trajo consigo un cambio de líder, Alexander Rossi, que hizo tándem con Dixon intercambiándose los rebufos para abrir hueco con el tercero, que era O’Ward. Palou aguantaba decimotercero. Alonso cedía dos plazas y caía a decimoséptimo.

Palou había avisado por radio durante la bandera amarilla que quería adelantar y eso es lo que hizo: en la vuelta 106 pasó a Jack Harvey para ser duodécimo, poco después cayó Tony Kanaan, Ryan Hunter-Reay en la 110 y Colton Herta en la 114. El piloto del Team Goh era así noveno. Fernando seguía decimoséptimo.

El catalán estaba en racha, era noveno tras superar a cuatro coches, pero su fortuna terminó en la vuelta 122. El piloto del Team Goh perdió el control de su bólido y se fue contra el muro, justo cuando apretaba a Josef Newgarden en su cruzada por llegar al Top 5. “Es una lástima, porque el coche era increíble”, dijo al volver al paddock. “Me sentía cómodo y confiado, y es una pena para todo el mundo que nos apoya. Ahora estoy triste, pero quizá dentro de una hora esté mejor”.

Las desgracias no vienen solas: Alonso entró en la caution de Palou. Perdió una vuelta en boxes, perjudicado por lo que parecía un problema de embrague. Cuando por fin regresó al circuito, lo hizo como 26º clasificado -último de cuantos seguían en carrera-. Todavía en amarilla, Alexander Rossi recibió una sanción por unsafe reléase, lo que lo apartó de las posiciones de honor.

Felix Rosenqvist fue líder por unos instantes en la resalida, pero fue un espejismo. No sólo estaba en otra estrategia, sino que Scott Dixon recuperó la primera plaza antes de completar la primera vuelta en verde. El neozelandés procedió a escaparse sobre sus perseguidores, hasta crear un hueco de 6,7 segundos sobre Takuma Sato.

En la vuelta 145, hubo la quinta bandera amarilla. Alexander Rossi, que iba con el cuchillo entre los dientes tras el unsafe release del pit-stop, se fue contra el muro. Los líderes se quedaron fuera, pero Alonso entró. El equipo le confirmó a todo esto que había identificado su avería, que era de origen eléctrico. No tenía embrague y tenía dificultades para cambiar de marcha.

La verde llegó al poco de entrar en el último cuarto de la carrera. Dixon no sólo había perdido los siete segundos que tenía sobre Sato antes de la caution, sino que ahora perdía el liderato a manos del japonés. Los dos permanecían separados por cuatro décimas al llegar a la vuelta 160, con Josef Newgarden tercero a falta de tan sólo un pit-stop para la meta.

Con estas llegó la parada decisiva. Sato entró como líder en la 168, Dixon lo hizo en la 169… y el neozelandés fue quien salió en cabeza. Pero el japonés tenía mucho ritmo, y en la 173 recuperó el comando de la carrera con una pasada en la primera curva. El nipón llegaría a la 180 con un segundo de margen sobre su perseguidor.

Dixon hizo un amago de tirarse por el exterior en la primera curva, en la vuelta 184, pero Sato protegió con éxito su posición. El japonés no sólo se defendió, sino que puso pies en polvorosa: construyó un hueco de un segundo al llegar a la vuelta 190, siempre en bandera verde y con doblados de por medio.

Dixon se puso a cuatro décimas en la 194… pero entonces ocurrió algo que privó a los aficionados de la pelea por el liderato. Spencer Pigot provocó la sexta y última bandera amarilla tras perder el coche en la última curva e impactar por inercia contra los neumáticos de la entrada de boxes.

La neutralización de la carrera se mantuvo hasta la vuelta 200, de modo que Takuma Sato cruzó la línea de meta como vencedor de las 500 Millas de Indianápolis por segunda vez en su trayectoria deportiva. Fernando Alonso completó la distancia de carrera y fue vigesimoprimero a pesar de sus problemas técnicos.

RESULTADOS CARRERA INDY500 2020