Ford y Volkswagen, interesadas en los rallies eléctricos

Ésta es una afirmación que ya no debería sorprender a nadie, aunque es comprensible que muchos aficionados la reciban con cierta reticencia y algo de incredulidad. Sin embargo, el futuro está ahí.

"La FIA está estudiando coches híbridos de rallies y también eléctricos. El récord del Pikes Peak revela el tremendo potencial de estos y esto es sólo el comienzo. Las baterías mejorarán y en cuatro o cinco años creo que podrán ofrecer a la vez velocidad y autonomía. Estoy seguro de que podremos hacer etapas de 40 o 50 kilómetros cronometrados", señaló Smeets.

Quizás la idea le vino al ex copiloto belga de los trabajos de desarrollo del coche del Pikes Peak. Los test, antes de tener listo el coche, se realizaron sobre un Volkswagen Golf TCR, el coche modificado del Mundial de Turismos, bueno, la World Touring Car Cup.

Fue el 'gentleman driver' especialista en rallies Manfred Stohl el primero que creyó en el proyecto. Este hotelero austríaco dejó de lado la participación en el Mundial de Rallies para crear un Peugeot 208 WRC eléctrico. Las limitaciones del mismo en cuanto a autonomía eran evidentes, pero éste es el coche que ha servido en cierto modo de base para alumbrar el futuro Mundial de WRX-E, la categoría eléctrica de rallycross.

Malcom Wilson, el patrón de M-Sports, comparte la idea de Smeets y, en cierta forma se le ha adelantado. Tal como ya avanzamos, la idea de Malcom es hacer un coche eléctrico al estilo de un R5 pero con unos costes de mantenimiento ridículos, al menos, en lo que a motor se refiere.

Es cierto que la idea de Malcom no es la del Mundial, al menos por ahora. Su 'mercado’ son rallies de club, rallysrprint, pruebas locales, con 50 o 60 kilómetros de tramos. Pero con la estructura actual de los rallies, que giran en torno a un único parque de trabajo, donde tienen 40 minutos para trabajar tras, como mucho, 70 kilómetros contrarreloj y otros 150 de enlace a baja velocidad, no resulta descabellada la propuesta. Los 'supercargadores' podrían recargar las baterías en menos de media hora, quizás no más de 15 o 20 minutos. Suficiente para afrontar el segundo bucle. 

Una salvedad. El disponer de supercargadores en el parque de trabajo no estaría al alcance de los equipos privados posiblemente. Al menos, si se necesitan grupos electrógenos para la recarga. Pero las macas pueden verlo interesante como un reclamo para su futura oferta comercial de coches prestacionales pero eléctricos.

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