Un Ford Mustang se estrella en una carrera callejera y casi causa una tragedia

Una carrera callejera es ilegal, además de una de las prácticas más peligrosas que se pueden tener al volante. Sobre todo si se lleva a cabo a plena luz del día con todo el tráfico urbano que puede haber a esas horas en una gran ciudad como Seúl. Allí hemos tenido uno de los casos más recientes en este sentido, que como no podìa ser de otra manera ha acabado mal, con un accidente de grandes dimensiones. Por suerte no hay daños personales que lamentar, aunque haya sido simple cuestión de suerte.

Los protagonistas de la carrera callejera ilegal eran un Mercedes-AMG A 45 y un Ford Mustang. Este último llevaba la cámara que ha grabado todo. El conductor del coche americano ha alcanzado antes de estrellarse una velocidad máxima de 177 kilómetros/hora en una zona limitada a 60. Son varias las ocasiones en las que tiene que realizar maniobras evasivas más propias de una película de Hollywood que de la vida real. Ni aún así se asustó. Hasta que perdió el control, claro, aunque en su descargo hay que decir que todo fue provocado por un toque del Mercedes.

En un momento dado el Ford Mustang pierde agarre en la parte trasera, lo que provoca un derrape con el que el conductor no puede hacerse. Suponemos que de forma accidental el 'piloto' del compacto deportivo alemán 'acaricia' a su rival, lo que a esa velocidad resulta mortal de necesidad. El resultado es un violento impacto con todo lo que el Mustang ha encontrado a su paso en la zona derecha de la calzada. Si uno se fija bien en la filmación se ve perfectamente como incluso una moto y un árbol salen disparados por los aires. Mejor no pensar lo que hubiese pasado si en ese momento hubiese transitado por ahí un peatón.

Lo que queda claro, haya sido la culpa de quien haya sido, es que la competición hay que dejarla para los circuitos. Esperemos que los conductores de estos dos coches pasen un buen tiempo a la sombra para que recapaciten sobre lo que han hecho. Esta vez no ha ocurrido nada, pero la próxima podría no haber tanta suerte.