El Rimac Nevera lo ha vuelto a hacer... pero ahora ¡marcha atrás!

Que el Rimac Nevera es el coche eléctrico de producción más rápido del mundo, lo sabemos desde hace unos meses. En mayo, fulminó 23 récords de velocidad en tan sólo un día, también de tiempo de deceleración, que no sólo de aceleración.

Su máxima velocidad punta entonces fue de 410 kilómetros/hora, gracias a sus cuatro motores eléctricos que rinden 1.940 caballos y a una construcción propia de un coche de carreras.

Lo original de este nuevo récord es que ahora el Nevera también se considera el más rápido del planeta en su categoría circulando marcha atrás. Lo demostró en la pista de pruebas Automotive Testing Papenburg de Alemania.

Aunque al principio lo tomaron como algo cómico e incluso pensaron que el sistema de refrigeración no estaba desarrollado para circular a altas velocidades a la inversa, luego todo se convirtió en un reto. Las simulaciones por ordenador mostraban que el hiperdeportivo 'cero emisiones' podría alcanzar una velocidad superior a 240 kilómetros/hora pero faltaba ponerlo en práctica para comprobar si un piloto, y el propio coche, serían capaces de mantenerse estables en esas circunstancias.

Finalmente, la velocidad máxima lograda fue de 276 kilómetros/hora, por encima de lo que marcaban las simulaciones virtuales. Al volante, Goran Drndak, quien reconoció que fue complicado mantener el coche estable en ese sentido de la marcha tan incómodo.