El Mundial de Rallies puede seguir sólo en Europa

El Safari Rally se da ya por anulado a falta de confirmación oficial y otro tanto sucede con Nueva Zelanda. En este caso, la pista es mucho más fuerte: la federación de aquel país ha decidido suspender todo el campeonato nacional, es decir, renuncia a la actividad. Y también en Australia y Nueva Zelanda se anuncian restricciones a la llegada de personas ajenas al continente oceánico.

El no correr en Kenia y en Nueva Zelanda tiene una gran ventaja para los equipos –los tres equipos oficiales del Mundial están en Europa– desde el punto de vista de ahorrar costes, algo crucial en los días que corren, y el riesgo implícito de los grandes desplazamientos. Además, en el caso de Nueva Zelanda abriría un hueco para repescar alguna de las pruebas europeas aplazadas, mucho más sencillas de afrontar en la logística.

Y sobre todo, teniendo en cuenta que sólo hay ocho coches oficiales y el resto de habituales son privados, en categorías inferiores y con presupuesto reducido, el centrarse en Europa es lo lógico y razonable.

La única carrera extraeuropea que tiene ciertos visos de poderse disputar es el Rally de Japón. Dos razones hay para ello: se disputa en noviembre, como cierre del Campeonato y en Japón hay medios, pero sobre todo Toyota quiere tener un rally del mundial en casa. La marca japonesa es imprescindible para la categoría y no está muy contenta con la suspensión de test, cuando estaba a la mitad del proceso de desarrollar un coche nuevo para el próximo año.

Hay tiempo todavía. Todo apunta que el Rally de Finlandia, a principios de agosto, será el primero de la segunda parte de la temporada, así que todavía hay tiempo, digamos hasta mediados de junio, para tomar una decisión.