¿El mejor León de la historia? 1.000 kilómetros con el nuevo Cupra de 333 caballos, tracción total y modo ‘drift’

UNA IMAGEN MÁS SOFISTICADA

Lo primero que destaca es la imagen, con un frontal sofisticado, con nuevos faros y luces diurnas triangulares. El ‘morro de tiburón’ –'shark nose'–, que es la nueva imagen de Cupra, toma su sitio en un entorno con cierto aire ‘amenazante’, más aún en el color bronce mate. Los logotipos en color cobre le dan un aire atractivo, antes de pasar a un lateral en el que las nuevas llantas de 19 pulgadas tienen el protagonismo. Cupra no ha apostado por ‘mega-llantas’, sino por una efectiva monta de neumáticos en 235 milímetros de ancho, que permiten equipar discos de serie de 350 milímetros de diámetro y opcionales de 375 mm con pinzas de seis pistones firmados por Akebono, en lugar de Brembo, proveedor del Cupra Ateca, por ejemplo. La trasera tiene nuevas luces con el logotipo iluminado, el nombre León en el lateral del piloto y una atractiva ceremonia de bienvenida. Las luces triangulares tienen efecto tridimensional y los intermitentes son de tipo dinámico. Aparecen las salidas de escape, dos a cada lado, para dejar respirar el motor y poder equipar gancho de remolque, algo que no pueden hacer los deportivos con escape central, y tener enganche es casi una necesidad en tiempos donde llevar una bici eléctrica a cuestas es algo muy habitual.

MÁS TECNOLOGÍA Y CARÁCTER

Entramos al interior, donde nos reciben los asientos bacquet firmados por Sabelt, que son de serie. La casa italiana los tapiza con materiales recuperados del mar, según directrices de Cupra, pero el tacto del tejido es bueno, con tela en el centro y partes de simil-cuero en los laterales. Aparecen nuevas luces en las puertas y el interior tiene un diseño atractivo en cualquier punto al que miremos. Los altavoces están firmados por Sennheiser y delante del piloto el cuadro de relojes digital es bastante completo y configurable. La pantalla central es ahora muy grande, más que antes, lo que tapa la línea de luz del salpicadero, una característica del León que se ha perdido con este restyling. En cambio la pantalla funciona mejor, los mandos del climatizador y la radio van retroiluminados y los del volante incluyen el control de velocidad.

UN MOTOR CASI DE CARRERAS

Hora de poner en marcha el 2.0 de 333 CV, el motor EA888 apenas necesita presentación. Es el que equipa el Golf GTI elevado a la mayor potencia posible, con pistones forjados –menos peso y más resistencia–, doble inyección y muchos detalles más para un rendimiento que supera los 150 caballos por litro: turbo e intercooler se adaptan a la exigencia de una potencia que se transfiere a través del DSG de siete marchas a las cuatro ruedas. En el sistema 4Drive puede mandar la mitad de la potencia al eje trasero y, una vez allí, un nuevo diferencial con dos embragues permite pasar toda la potencia a la rueda exterior para prácticar derrapajes si el terreno lo permite.

En cuanto a la tracción total, en un deportivo compacto, a partir de 300 caballos la tracción total es casi imprescindible, ya que, con tracción delantera, el control de tracción entra de forma casi constante, frenando las ruedas, frenando la diversión y haciendo que algunos adelantamientos sean inquietantes, porque notas cómo el eje delantero serpentea, y no es lo que quieres cuando adelantas a otro coche en una estrecha carretera de montaña. El León de tracción total tiene más aplomo y seguridad en todo momento.

Lo dicho, hora de arrancar y empezar la prueba… de más de 1.000 kilómetros. En autovía destaca el confort y bajo nivel sonoro. La suspensión regulable DCC permite que el coche sea cómodo y que viajar en él sea confortable, justo lo que se pide a un compacto deportivo de esta clase, que sea también un ‘daily’. Basta con poner tu podcast favorito y… a disfrutar. El consumo, yendo tranquilos, es de unos 9 litros, y puede variar arriba o abajo según como nos comportemos con el acelerador, porque este coche no tiene fin en autovía, ¡lástima que no estemos en Alemania!

BOTÓN CUPRA: OTRO MUNDO

En cuanto salimos de la autopista, podemos activar el modo Cupra con un botón en el volante –también en autopista, claro, donde tendremos un sonido más generoso–. La suspensión se endurece, el cambio baja una o dos marchas y el motor, ya en la zona media y alta del cuentarrevoluciones, se muestra más rabioso, con una respuesta más rápida al acelerador y una dirección más dura. El coche es preciso, rápido y ágil, pero no pierde la compostura. Buscamos el límite de una carrocería que pesa ya 1.650 kilos con la llegada de la tracción total, el cambio DSG y todas las medidas de seguridad y confort recientes, pero el comportamiento sigue siendo excelente. No se siente al límite, es un chasis que puede con toda la potencia instalada y solo tenemos que apuntar y calibrar bien nuestro paso por curva. La dirección es buena, se nota que el eje delantero tiene nuevas manguetas que provocan caída negativa porque es inamovible, aunque a alta velocidad en recta eta misma caída le da un poco menos de aplomo. La frenada es buena, y a pesar de una primera pisada que no tiene el mordiente de los antiguos Brembo, para con buenas distancias y aguanta bien la fatiga cuando hacemos un par de puertos de montaña seguidos. La aceleración es enorme en cualquier marcha o punto de respuesta del motor, y nos al volante nos 'apañamos' más con el modo automático que con el manual con levas, que por cierto no cambia de marcha al llegar al corte de inyección. En carretera, no se agota el coche ni nos agotamos nosotros, y es uno de los deportivos en los que más kilómetros hemos hecho a ritmo alto.

Es tiempo para descansar y sacar conclusiones. No estamos ante un coche de ultra-sensaciones, y eso que el motor suena metálico y el escape muy ronco, aunque podemos rebajar el ruido con un modo individual que nos permitirá tener un sonido más bajo–. En parado, seleccionamos el modo Drift en la pantalla, pero nos parece un poco absurdo usarlo. Vamos a gastar un juego de neumáticos nuevos y, aunque se disfruta, no es algo imprescindible. Si tuviéramos un circuito cerrado y una superficie mojada, sería muy tentador pero, si ya tenemos eso ¿por qué no hacerlo con un pequeño deportivo de tracción trasera para aprender a derrapar? No nos parece muy útil el modo 'drift', pero tenerlo es un plus.

¿PEGAS? SOLO DETALLES

Volvemos a casa con una sonrisa, pero también buscando defectos: unos asientos con banqueta extensible serían bienvenidos, también unas levas de cambio más largas y de tacto más sport, quizás una dirección un poco más directa en el tramo inicial, pero lo cierto es que este coche vuela, y lo hace de forma segura, haciéndonos sentir bien. En las plazas traseras hay mucho espacio, salidas de aire y climatización independiente, el maletero es de 620 litros ampliables y cuenta con muchos trucos para aprovecharlo bien: el portón es eléctrico, el techo panorámico, enorme, el equipamiento abundante, el sistema de infoentretenimiento vocal, muy mejorado. ¿Qué tiene de malo este coche?

Hablemos de dinero: es caro. 57.000 euros por un León es una cifra que nos deja con los ojos abiertos, pero es más barato que un Golf con la misma tecnología, y además apenas quedan deportivos de este tamaño: Ford, Peugeot, Renault y Opel, los antiguos rivales, han dicho adiós. Hyundai tiene un pequeño lote de i30 N, todos de tracción delantera, pero ha dejado de fabricarlos, y solo Honda, con el Civic Type R, aguanta el tipo, pero solo con tracción delantera y cinco puertas. Sus rivales serían los BMW M2 o Clase A AMG, pero quizás sería apuntar muy alto, así que el nuevo Cupra Sporttourer VZ está en tierra de nadie.

Si equipamos el León a tope, algo que Cupra va a hacer con la inminente versión Extreme que ya tiene el Formentor, nos vamos a 65.000 euros. ¿Mucho dinero? Indudablemente sí. ¿Competitivo? También. Esto ya no es un GTI, es un deportivo capaz de llevar a la familia a esquiar, meterse en un circuito a hacer tandas, llevarnos día a día al trabajo o convertirse en una herramienta de precisión y diversión en carretera de montaña. Ni más ni menos. Un coche para comprar y, quizás, tener mucho tiempo, puede que no volvamos a ver coches de gasolina como este.