El Lamborghini Diablo vuelve a la palestra con este brutal restomod

Los restomod son vehículos muy particulares. Con su creación se busca combinar lo mejor de dos mundos, los coches antiguos y los modernos, de forma que la esencia original del vehículo en cuestión no se difumine. Es algo realmente complejo y en ocasiones, se podría decir que hasta delicado, sobre todo según el coche sea objeto del restomod. Y por supuesto, cabe mencionar que no todo el mundo es partidario de hacer algo así con un vehículo clásico, ya que se elimina lo que hace de ese coche algo interesante.

Sin embargo, la industria del automóvil cuenta, cada día que pasa, con más empresas que se dedican a los restomod y más aficionados que se dejan prendar por sus ventajas y sí, también por sus inconvenientes. Sobre todo ahora, que esta tendencia ha llegado a Europa con mucha fuerza y ha comenzado a abarcar modelos que poca gente se habría atrevido a modificar. En Estados Unidos se practica desde hace mucho tiempo, incluso los fabricantes ofrecen componentes para que la gente modifique sus clásicos, así que allí, no importa el coche a modificar, es algo bastante común.

El caso es que en Europa hemos ido un poco más allá y. De modificar modelos clásicos de Alfa Romeo, como hace Alfaholics, se ha pasado a trabajar sobre un Ferrari Testarrosa, sobre los Jaguar E-Type, sobre el Lancia Rallye, y ahora le ha tocado el turno nada menos que al Lamborghini Diablo, el coche escogido por Eccentrica, nombre de una empresa italiana fundada por el magnate de los muebles y entusiasta de Lamborghini, Emanuel Colombini.

Se trata de un trabajo que se ha llevado a cabo para celebrar el 60º aniversario de la compañía y se ha contado con la ayuda del estudio de diseño milanés BorromeodeSilva, quienes ya tienen en su haber trabajos como el Automobili Amos Futurista o el Nardone 928. Unos especialistas que han sabido cómo mantener la esencia del Diablo, al tiempo que le han otorgado una imagen más actual y más agresiva, si esto se puede hacer con un Lamborghini Diablo. Se mantienen todas las cotas en longitud y altura, pero la distancia entre ejes ahora es más grande, lo que ha provocado que los voladizos delantero y trasero sean más cortos. También se ha ensanchado un poco, lo que añade más dramatismo a la vista trasera, ya de por sí espectacular.

Los cambios de diseño son fáciles de apreciar, aunque se han realizado con bastante tino. Así, el frontal está claramente inspirado en el Diablo GT, quizá, la variante más radical del superdeportivo italiano, y se caracteriza por nuevos proyectores fijos que se cuentan con una cubierta para cuando no se usan –se eliminan los faros retráctiles– y por un nuevo paragolpes.

El lateral de la carrocería también recibe nuevos trazos, que destacan por las nuevas aletas delanteras, que acaban en lo que han denominado como '“cuernos de diablo' justo delante de los espejos laterales, que, por cierto, están fabricados con fibra de carbono. Se conservan los ya característicos pasos de rueda del Diablo original, pero se ha añadido un bisel oblicuo que sirve para crear sombras y aligera la apariencia de la carrocería. Las llantas, como se puede apreciar a simple vista, también son nuevas.

La zona trasera es notablemente diferente. Se han mantenido algunos rasgos, como los pilotos circulares, la salida del sistema de escape Capristo por el centro –como en el Diablo GT– o las grandes salidas de aire, pero los trazos son más modernos, la rejilla de la salida de aire abarca todo el ancho del coche y se ha incorporado un elemento fabricado con fibra de carbono en la zona más baja de la zaga que hace las veces de paragolpes. La cubierta del motor, también fabricada con fibra de carbono, también es totalmente nueva.

Bajo esa cubierta, tanto en el Diablo original como en la creación de Eccentrica, hay un V12 de aspiración natural, que, para la ocasión, recibe nuevas válvulas y nuevos árboles de levas. Ahora rinde 550 caballos y 600 Newton metro de par, frente a los 492 caballos y 580 Newton metro originales.

Todo el trabajo se remata con un habitáculo casi nuevo por completo. La instrumentación, el volante, las formas del salpicadero, los asientos… todo es nuevo. Destaca la columna de la dirección, fabricada con fibra de carbono, así como la instrumentación digital, aunque no es una pantalla como ahora, sino pequeños indicadores que parecen inspirados en los años 90. Y lo mejor de todo: no hay pantallas de ningún tipo y se mantienen todos los mandos físicos.

El trabajo realizado sobre el Lamborghini Diablo ha permitido, además, rebajar el peso en 35 kilos y ahora, presume de completar el 0 a 100 kilómetros/hora en 3,8 segundos y de poder alcanzar los 335 kilómetros/hora.