¿Quieres ser un experto en tandas? AMG pone el coche, la gasolina y las ruedas en los nuevos curso de conducción de Mercedes-Benz

Los cursos de conducción de las marcas de coches me parecen muy recomendables. No son muy baratos –aunque los hay desde 200 euros–, pero te ponen el coche, los neumáticos, la gasolina, los frenos, el monitor, el circuito, y la ambulancia por si las cosas salen realmente mal, ¡y sólo tienes que conducir! Hay marcas que tienen un montón de estos cursos, y yo mismo he tenido la oportunidad de hacer el de Audi en Finlandia y vale cada euro de lo que cuesta. Así que, cuando llegó la convocatoria de AMG para participar en uno de sus cursos, solo pudimos decir "por supuesto".

AMG empieza fuerte, porque ha elegido dos circuitos que para mí son de los más complicados al volante: el del Jarama en Madrid y el de Castellolí en Barcelona. Este último es muy técnico, con dos grandes frenadas y con varias curvas de doble radio que hacen que pilotar en él sea un estado constante de concentración. Además, sus escapatorias no son muy grandes, lo que siempre añade emoción al asunto.

Allí llegamos y nos encontramos primero con el AMG ONE, un coche que no vamos a conducir –¡ojalá!–, y al que cuyo encuentro ya le hemos dedicado un artículo entero.  

El resto de la gama sí, y tengo muchas ganas de echarle el guante al AMG GT, pero también al Clase C 63 AMG, con motor de cuatro cilindros o, ya puestos, a los AMG de la gama eléctrica.

AMG GT: DEL CIRCUITO AL LUJOSO SL

Así que vamos a lo gordo: el AMG GT. El primero de esta saga fue y es un coche espectacular: V8 central delantero de cárter seco, cambio en posición trasera –transaxle–, batalla corta y una disposición casi de carreras para un coche en el que yo he pasado tanta diversión como, en ocasiones, miedo, porque el ritmo que imprime es brutal. Me lo hubiera comprado, de tener dinero, antes que un 911, por poner un ejemplo, porque además el coche tenía un punto de elegancia canalla.

La segunda generación apuesta por el lujo deportivo, y se asienta sobre el chasis del Mercedes-Benz SL, el V8 está ahora más alto, el cambio es automático convencional, aunque con programación de carreras y la tracción es total, la 4MATIC de Mercedes-Benz. Al menos se mantienen los motores V8 de hasta 800 caballos, aunque en la parte 'menos buena' también hay un cuatro cilindros que, si bien es de los más potentes del mundo, no abrirás el capó para enseñarlo a tus amigos.

En pista tomamos el AMG GT 63 4MATIC, una versión de 585 caballos. Así que, ponemos el modo de conducción en su versión más deportiva y… ¡a disfrutar!

El coche acelera con ganas y el rugido del motor es deportivo, así que no hay pegas en ese sentido. En la primera curva notamos que el coche entra muy suave, pero lo de la segunda es de una precisión escandalosa, y es cuando descubrimos que el coche lleva dirección en el eje trasero, lo que le va a dar un claro plus de agilidad.

En cuanto vamos calentando ruedas y mecánica, el verdadero AMG sale a relucir, y el coche toma una curva a fondo en apoyo sin inmutarse, apuntando casi más hacia dentro de la curva que hacia afuera y sin apenas un chirrido en las ruedas. Está claro que este coche es más largo, casi veinte centímetros, y pesa mucho más que antes, ya que se va a las dos toneladas, pero quiere guerra, así que le seguimos dando 'vidilla' hasta llegar a la primera de las frenadas fuertes, donde el coche apenas pierde compostura y entra rápidamente en un vértice a izquierdas. El interior es confortable y el aro del volante se agarra bien, aunque sea un poco grueso. Viene una curva a derechas de doble radio cuya salida apunta al puente, donde ya ha caído algún coche –aunque no un Mercedes-Benz–, aún así, precaución en la entrada y acelerador a fondo en la salida, donde los casi 600 caballos hacen temblar el asfalto. Otra frenada fuerte, más gas y ya estamos encarando la meta, donde el coche gana velocidad de forma rapidísima para llegar al final de la recta y empezar nuestra primera vuelta a fondo y, después, la de desaceleración.

El AMG GT es más grande y pesado, puede tener dos plazas extra y tiene un maletero mucho más grande –350 frente a 175 litros–, convirtiéndose en todo un GT, pero sin ser del todo un gran turismo. Mantiene las prestaciones del AMG GT anterior, aunque no su compromiso deportivo: el de antes era un coche de carreras tuneado para ir por la calle y el nuevo es lo contrario, un SL modificado para convertirse en deportivo. Sigue siendo un gran rival para el Porsche 911 –de hecho, se parecen en muchísimos detalles–, y más ahora que el Porsche es híbrido y que el SL tiene una versión híbrida enchufable con, atentos, 816 caballos y solo 13 kilómetros de autonomía, ya que la parte eléctrica en los 'E-Performance' está pensada sólo para las altas prestaciones. Los precios, entre 142.000 y 195.000 euros, y se venderá más que el anterior que, en cambio, era capaz de vencer las 24 horas de Nürburgring.

UN AMG CON CUATRO CILINDROS

Tomamos el C 63 AMG, con un sistema 'E-Performance' que hace que los 476 caballos del motor de cuatro cilindros, récord en este tipo de mecánicas, se conviertan en nada menos que 680 caballos gracias a los 204 caballos extra del motor eléctrico insertado en el diferencial trasero, una solución ya vista en el AMG GT de cuatro puertas. El motor eléctrico se alimenta por medio de una batería de 4,3 kilovatios hora netos que se puede conectar a la red para una autonomía eléctrica de 13 kilómetros, es decir, que no está aquí por su uso eléctrico, sino por prestaciones. Estas son de órdago, ya que alcanza los 280 kilómetros/hora y acelera de 0 a 100 en 3,4 segundos. En pista, el modelo, disponible en berlina o familiar desde algo más de 140.000 euros, se siente netamente deportivo, pero no tiene la finura que tenían los Clase C V8, así que habría que probarlo antes de decidir la compra, porque su funcionamiento es, cuando menos, sorprendente, y muy diferente al Clase C AMG que conocíamos. Las prestaciones puras son de otro nivel, y tanto el interior como la tecnología han subido varios escalones.

UN BENJAMÍN MUY ATRACTIVO

Nos damos un par de vueltas en pista con los AMG eléctricos, realmente sorprendentes, y un pequeño slalom con el A 45 AMG, un pequeño bólido que siempre nos encantaría tener como 'daily', aunque su tarifa acaricia ya los 90.000 euros.

Para acceder a estos cursos no hace falta ser cliente de la marca, basta con entrar en la web o consultar en el concesionario las próximas fechas, apuntarse, pagar y… ¡disfrutar! Desde luego que vale mucho la pena rodar al máximo con las mínimas preocupaciones y aprendiendo mucho, ya que siempre vamos detrás de expertos monitores, la mayoría expilotos, que sabrán sacar la quinta esencia de nuestra conducción.