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Curiosidad

Cuando el rey de las aspiradoras quiso hacer un coche eléctrico

James Dyson invirtió más de 500 millones en el proyecto

El prototipo no llegó a producción, pero ahora ofrece licencias a las marcas interesadas

Raymond Blancafort

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18 Mayo 2020 - 11:30

Sir James Dyson, el rey de las aspiradoras, en su momento quiso hacer un coche eléctrico con su marca. Con una fortuna de más de 17.000 millones de euros basada en el imperio de los pequeños electrodomésticos y productos para el pelo, su proyecto parecía tener el apoyo suficiente para ser tenido en cuenta.

Pero el proyecto se canceló cuando Dyson tomó consciencia de la magnitud de la batalla y de las dificultades que entrañaba la automoción para alguien ajeno al sector. Basta con señalar que Tesla ha tenido que esperar hasta este año para registrar por primera vez beneficios en el primer trimestre de un ejercicio.

Ahora, casi dos años después de aquella intentona, Dyson ha querido mostrar el N526. El único prototipo construido. Un SUV de 7 plazas con una autonomía que prometía unas 600 millas, unos 960 kilómetros, que de haberse mantenido en la versión de producción hubiera empequeñecido las capacidades de cualquier rival.

El secreto de Dyson era el empleo de baterías de estado sólido, de patente propia, adelantándose así a lo que la industria del automóvil tiene previsto para la segunda o tercera generación de eléctricos. O quizás sea que el precio de éstas hacía el proyecto inviable. Dyson estimó que cada coche tendría que costar unos 168.000 euros para equilibrar las cuentas.

El N526 no sólo destacaba por su gran tamaño, con cinco metros de longitud, dos de anchura y 1,7 de altura, sino también por su peso: 2,6 toneladas. Aun así, sus dos motores eléctricos generaban 536 caballos de potencia y podía acelerar de 0 a 100 kilómetros/hora en tan sólo 4,8 segundos.

Dyson ha explicado que invirtió 560 millones de euros de su bolsillo en el proyecto, en el que participaron 500 personas, que ahora están centradas en otros proyectos. ¿Dinero perdido? A corto plazo sí, pero Sir James espera recuperar su inversión e incluso obtener beneficios ofreciendo licencias de su patente a los fabricantes que estén interesados.

El estilo sigue pautas típicas de Range Rover. El interior, podría ser el de muchos ‘concept car’. Si no fuera por la gran pantalla frontal, podría parecer inspirado, al menos en los asientos, en algún prototipo de hacer tres o cuatro décadas, pero mantiene su frescura.

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