'Chatarra' subastada a precio de hypercar

Un coche 'sacrílego', porque fue vendido más adelante en Estados Unidos y su nuevo propietario le instaló un V8 americano. El coche sufrió un accidente a resultas del cual se incendió. Los restos del mismo, sin motor, fueron comprados por Walter Mendlin.

Estos restos, junto a un motor Ferrari, pero el 4 cilindros de 3 litros de un 750 Monza, y una caja de cambios original, fueron a subasta. Se esperaba que se pagaran al menos 1,2 millones de dólares. El tope de 1,6 parecía optimista… pero fue superado: se pagaron 1,8 millones.

No parece sencillo de restaurar. Es cierto que en su día, Jack Glickenhaus buscó un Ferrari P3/P4 que sufrió un grave accidente en Le Mans. Recuperó el chasis tubular tras una ardua búsqueda y ordenó restaurarlo con piezas originales, algunas de las cuales le fueron facilitadas por David Piper.

Y ahora, algunos han visto un filón. Los restos del Lamborghini Countach que Leonardo di Caprio condujo en la película ‘El Lobo de Wall Street’ sale a subasta. El film se inspira en la vida de un famoso y controvertido 'corredor de bolsa' de finales de los '80 e inicios de los '90.

La película fue rodada en 2013 y se trata de un Countach ‘Heritage Edition’, uno de los 658 fabricados para conmemorar los 25 años de la marca. El actor no condujo esta unidad, sino otra. Esta fue utilizada por los especialistas para rodar la escena del accidente. Pero como el coche no sufrió los daños suficientemente aparentes que deseaba el director del film, Martin Scorsese, así que no dudó en ordenar que lo dañaran más, maza en ristre.

El coche se conserva como quedó tras ‘'el retoque forzado'. Y será subastado durante el GP de Abu Dabi. Se espera que su precio supera el millón y medio de dólares con creces, incluso alcance el listón de los dos millones.

Eso sí, al menos éste parece reparable. Aunque quien sabe si entonces valdría bastante menos, por más que los Countach estén buscados.

Hace menos de una semana, un famoso pintor, cuyos cuadros se cotizan en siete cifras, aseguró que la mayor parte de coleccionistas de sus obras "no entienden de arte".

Lo mismo pensé cuando se filtró que en una subasta un cuadro del misterioso Bansky, que ha pasado de grafitero a pintor de culto- se había subastado por una cifra millonaria y que instantes después de la compra, el cuadro se 'autodestruyó'. Lejos de protestar, reclamar, sentirse estafado o negarse a pagar, el coleccionista encajó con ‘deportividad’ el suceso, casi con alegría. Posiblemente pensó que la ‘obra’ aumentaría su valor. De hecho, hay rumores de que recibió más de una oferta al alza.

Francamente, se me escapa. Quizás es por lo que en su día dijo el famoso millonario Vanderbilt, ligeramente retocada: "si te preocupa lo que cuesta, es que no puedes pagarlo".