Castera niega filtraciones del roadbook

David Castera negó rotundamente las sospechas-acusaciones lanzadas por Sven Quandt, el jefe de Audi en la prueba, sobre la posibilidad de que Nasser Al-Attiyah hubiera podido recibir un chivatazo sobre el famoso way point que muchos pilotos no pudieron encontrar y perdieron mucho tiempo en encontrar, entre ellos Carlos Sainz.

"Me parece chocante hacer acusaciones tan graves sin pruebas. Hemos reforzado mucho las precauciones para mantener la confidencialidad del recorrido. Mathieu Baumel, el copiloto de Nasser, no puede tener un mapa, no puede estudiar el recorrido de antemano y para un punto GPS, como sugiere Quandt que puede haber hecho, necesitas un teléfono y un GPS y ambos instrumentos están prohibidos", ha señalado Castera.

El director de carrera del Dakar ha querido resaltar que, desde hace dos años, los coches prioritarios "llevan unas cámaras de vigilancia a bordo, instaladas por la organización para vigilar que no usen trucos prohibidos. Hay una vista frontal y otra posterior, de forma que vemos lo que hacen con las manos todo el tiempo. Por la noche pedimos a todos esas imágenes y revisamos la grabación en el lugar incriminado. No hubo irregularidades".

Sven Quandt aseguró ayer que "se malinterpretaron mis palabras. He visto declaraciones que pone que son mías, pero no son. No dije que algunos tuvieran información privilegiada, sólo lo que era obvio: que dos coches no dudaron en tomar el camino correcto y varios pilotos también. No hay nada que demuestre otra cosa. Puede que fueran superinteligentes”, ha aclarado.

Sainz apuntó que "es muy difícil de interpretar el formato del roadbook, los cruces y las direcciones. Parece hecho para sorprender a los copilotos. No tiene ningún sentido que se haya perdido tanta gente".

Tanto Sainz como Roma quizás no hubieran perdido tanto tiempo si en lugar de buscar el way point para validarlo, se hubieran olvidado de él, hubieran penalizado 15 minutos y seguido el camino, pero existía el riesgo de alejarse de la ruta y no volverla a encontrar. Roma apuntó que el problema está en que "las referencias de cuando se confecciona al rutómetro a baja velocidad son muy distintas a lo que el piloto ve cuando corre, más si hay muchas roderas".

Baumel, por su parte, señaló que "no había problema con el road book. Pero muchas motos habían decidido seguir el rumbo en lugar de seguir por la pista. Había un momento en el que la pista dejaba el rumbo marcado para sortear una dificultad antes de volver al rumbo previsto. Muchos quisieron seguir el rumbo y era necesario seguir la pista".