Carlos Sainz y el reto de su vida

A sus 59 años, Sainz afronta un reto nuevo, el desarrollo del Audi e-tron para hacerlo ganador del Dakar. No es sólo un coche nuevo, sino una tecnología nueva: es un eléctrico de autonomía extendida gracias a un motor de gasolina –tomado del DTM– con cambio automático; una tecnología digna de los tiempos que corren.

"Este proyecto nuevo es uno de los más importantes en los que he estado desde que empecé a correr por la complejidad que supone dar el paso a competir con este coche híbrido con una motorización eléctrica en una prueba como el Dakar", ha explicado Sainz antes de las verificaciones en declaraciones a la web oficial del Dakar.

"En ese sentido es apasionante y a estas alturas de mi carrera es lo suficientemente motivante como para que lo aceptara y esté orgulloso de formar parte de ello", ha agregado.

Sainz es todo un veterano del Dakar. Tres victorias, con tres marcas diferentes –Volkswagen en 2010, Peugeot en 2018 y Mini en 2020–, sigue siendo muy rápido, tiene gran experiencia y es un excelente desarrolldor/probador de coches.

Un año más, Carlos va a salir a por todas, pero no quiere asumir el papel de favorito. No porque no confíe en sus posibilidades como piloto, sino porque un coche tan novedoso, que debuta en competición, plantea muchas incógnitas.

"A nivel competitivo, es muy difícil marcarse un objetivo. Hasta que no empiece la carrera, de hecho, es casi imposible por dos motivos. Primero porque un primer año con un coche siempre es complicado, con este más porque es una tecnología nueva, y el tema de la fiabilidad va a ser determinante", ha señalado.

"Segundo, porque vamos a llegar con la incógnita del rendimiento, de cómo de rápido vamos a ir. No hemos competido en ninguna carrera previa al Dakar, ni nos hemos medido con los que serán nuestros rivales", ha comentado Carlos.

"Fijar un objetivo ahora es totalmente imposible. Eso sí, hay que aspirar a lo mejor y vamos con la ilusión de que todo vaya bien y que seamos competitivos y fiables”, ha señalado el madrileño.

Sainz recuerda su primer año con Peugeot, con un coche nuevo, novedoso, con el que llegaron muy justitos al Dakar y la prueba fue en sí misma un descubrimiento. El reto del primer año es descomunal "pero sí alguien puede lograrlo, es Audi". Lo dice por la rapidez con la que se ha preparado el proyecto, por la rapidez con la que se ha en los test cuando han surgido problemas.

Unos test en los que ha tenido que 'aprender' a pilotar un híbrido. La respuesta de los motores eléctricos es diferente, inmediada; con el par siempre disponible, sin tener que manejar el cambio.

Su carta a Papá Noel es clara: "Un Dakar donde me divierta, que el coche llegue al final, donde no suframos mucho… y estemos luchando por la cabeza", ha señalado.

Su máximo temor: la segunda etapa, que es la maratón. No tendrá asistencia y deberá arreglárselas sólo con Lucas Cruz y la ayuda de sus compañeros o los pilotos de los camiones del equipo inscritos en carrera.

La tecnología nueva les proporciona alguna ventaja quizás por la respuesta del motor, por el cambio automático… pero ésta queda neutralizada porque pesan muchos kilos de más que sus rivales y eso es un hándicap no sólo dinámico, sino incluso implica que las suspensiones y neumáticos sufran más.

Lucas Cruz, su copiloto, parece algo más optimista. "Nos ha encantado el funcionamiento del coche en los test, a pesar de la dificultad y complejidad de su gestión, pero poco a poco todo ha ido encajando para conseguir un vehículo competitivo. Creo que puede darnos muchas alegrías", ha señalado Cruz.

Tienen claro que lo fundamental es acabar. Si no se puede luchar por el triunfo, el objetivo será acumular kilómetros, mejorando el coche paso a paso, estudiar dónde se debe intervenir de cara al futuro… pero no lo duden: si hay la mínima posibilidad, Carlos y Lucas intentarán aprovecharla.

"Nosotros vamos a dar guerra desde el principio y a intentar luchar por la victoria, que no será nada fácil. La historia dice que un vehículo nuevo es complicado que obtenga buenos resultados en su primer año", ha apostillado Lucas.

"¡Estamos listos para empezar. Esta año el reto es complicado, pero apasionante. Como dice Lucas, sin trabajo y esfuerzo no hay suerte", ha señalado Carlos. Las dos primeras cosas, las que dependen de ellos, las han puesto. La tercera, la suerte, es cosa del Dakar.