Artega y Microlino, la pugna en los tribunales para comercializar el heredero del Isetta

¿Se acuerdan de Artega? Nuestros lectores más deportivos recordarán a esta firma germana por un deportivo, el Artega GT, diseñado por Henrik Fisker –sí, el que luego fundará Fisker– alrededor de un motor 3.6 V6 de 300 caballos en posición central, muy ligero –1.125 kilos– del que sólo se hicieron 130 ejemplares.

Recientemente el nombre de la marca reapareció –aunque es propiedad del Grupo Paragon, especializado en componentes del automóvil, que se hizo con ella tras su quiebra inicial–, pero con un objetivo diametralmente opuesto: producir y vender un pequeño microcoche urbano denominado inicialmente Karolino y después Karo.

El modelo toma la inspiración en el famoso Isetta, o si lo prefieren BMW, el coche con forma de 'huevo' que fue muy popular a finales de los 50 e inicios de los 60 cuando los minicoches proliferaron, muchos de ellos producidos por la industria aeronáutica germana que tras la II Guerra tenía prohibido construir aviones.

Hasta aquí todo parece correcto. Sólo que el coche se parece excesivamente al Microlino suizo. Y a esta última empresa le faltó tiempo para solicitar tutela judicial y que se prohibiese a Artega primero aparecer en el Salón de Frankfurt y, más tarde, comercializar el Karolino. Reaccionaron los germanos presentando en el Salón de Ginebra el Karo, muy similar al Karolino y que también fue impugnado por los productores del Microlino, Micro-Mobility.

Ahora, un tribunal ha prohibido a Artega presentar, fabricar o vender cualquier producto que se parezca al Microlino. Al menos hasta que se falle la demanda principal. Artega se hizo en su momento con los derechos de producción del Microlino, aunque el coche pertenece a Micro-Mobility. Esta pugna retrasa el lanzamiento de éste –aunque ya admite reservas– y también los planes de Artega.

Recordemos que el Microlino es un microcoche –2,4 metros de longitud por 1,5 de anchura– eléctrico con velocidad a 100 kilómetros/hora y dos opciones de batería, para una autonomía de 126 o de 202 kilómetros, y su peso es de poco más de 510 kilos. El Karo sigue las mismas pautas, aunque parece ser una versión mejorada del Karolino.