25 años de Skoda en el seno del Grupo Volkswagen

Skoda ha vivido cuatro grandes etapas en su historia. Durante sus primeros años de vida comenzó fabricando bicicletas y motocicletas y no fue hasta 1905 cuando la marca empezó a construir vehículos de cuatro ruedas. A partir de ese momento la historia de Skoda estuvo marcada por las dificultades, pero pronto la firma se labró un buen nombre con el Voiturette A, uno de sus primeros modelos. Como pasó con muchas marcas, el desenlace de las dos Guerras Mundiales afectó a su desarrollo.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Skoda quedó atrapada fuera del Telón de Acero, con una reputación 'in crecendo', pero con una capacidad de expansión prácticamente nula. Este hecho provocó que los Skoda 440, Spartak, 445 Octavia, Felica o 1000 MB fueran modelos con mucho prestigio, pero siempre un paso por detrás a nivel tecnológico de los vehículos de los países occidentales. Esta tendencia se extendió durante 40 años y aunque la situación sociopolítica cambió, el punto de inflexión llegó con el Skoda Favorit.

La creación de este modelo con pinceladas tecnológicas de compañías de Europa Occidental y la Revolución del Terciopelo -asociada a la caída del Muro de Berlín- y la posterior muerte del Pacto de Varsovia abrieron la posibilidad a Skoda de mirar al exterior y esa mirada, aunque tramitada por el poder estatal que controlaba la compañía, acabó con el acuerdo para su inclusión en el Grupo VAG, aunque para ello primero se organizó una compra del 30% de las acciones.

Desde que se consumó este acuerdo, Skoda no ha dejado de crecer. En 1991 la firma checa fabricaba unas 200.000 unidades al año en dos líneas de montaje. Actualmente la marca supera el millón de vehículos anuales con hasta 40 variantes distintas de sus modelos. Esto ha sido posible a la expansión de Skoda bajo el paraguas del Grupo Volkswagen, que ha invertido durante estos 20 años más de 11.000 millones de euros en la marca. Gracias a ello, la marca ha alcanzado más de 100 mercados repartidos por todo el mundo.