¿El mejor 4x4 del mundo? Probamos el todoterreno nacido en la barra de un pub

Al enterarse de que el Land Rover Defender clásico iba a dejar de fabricarse y comentarlo con unos amigos alrededor de unas cervezas en el pub Grenadier, a Ratcliffe se le encendió la chispa que da lugar a las grandes ideas y fue a Land Rover a preguntar si le vendían el utillaje para seguir fabricándolo, algo muy habitual en el mundo del automóvil y especialmente en Land Rover, que durante décadas licenció sus modelos a fábricas como la de Santana en España.

La respuesta fue un rotundo NO, así que decidió hacerlo él mismo y empezó a contratar ingenieros y expertos, pero tantas veces dijo que su coche iba a ser 'como un Land Rover' que la marca original le demandó por el parecido del modelo final al original. Hubo acuerdo extrajudicial y, bueno, el resto de la historia es larga, pero aquí lo que vamos es a probar el coche y ver si vale la pena comprarlo.

¿EL MEJOR 4X4 DEL MUNDO?

El Ineos Grenadier es... como un Land Rover, pero en moderno. Debajo del capó tiene un motor BMW de seis cilindros gasolina o Diesel de más de 250 caballos, caja de cambios de la casa alemana ZF, –la misma que equipan los BMW– y componentes de máximo nivel en suspensiones, frenos, transmisiones y mucho más. El coche se vende con dos versiones: una más turismo y otra más 4x4 al mismo precio. El que nosotros probamos, el Trialmaster, es la campera, y tiene llantas de chapa, ruedas de campo y bloqueo de diferenciales, piezas que permiten que, cuando una rueda pierde tracción, la otra traccione. Tiene bloqueo del diferencial central, delantero y trasero, así que será muy difícil que este coche se atasque o, si se atasca, que otro pase por donde este se ha atascado.

El diseño tiene el frontal largo, parrilla vertical, retrovisores exteriores y aspecto general de los Land Rover largos –llamados en su día 110 por su distancia entre ejes en pulgadas–. En la trasera hay una doble puerta asimétrica y escalera para subir al 'tejado'. En el maletero no encontramos ya las banquetas laterales de antaño, ahora prohibidas, ni siquiera dos plazas extra: el Grenadier es un cinco plazas con mucho, mucho maletero, porque al no tener bandeja y ser muy alto, cubica más de dos mil litros… con cinco plazas.

CONDUCIR CON 'BOTONCITOS'

El puesto de mando es peculiar: sin pantalla delante del conductor, pero con una consola central llena de botones diseñados para este coche, en lugar de coger otros de la industria. Los hay por todas partes y son tan grandes porque al dueño de la marca le gusta conducir con guantes, y es una ventaja. Si estás en una zona fría o subiendo y bajando del coche en plena montaña sin quitarte los guantes, cuando subas al coche vas a poder pulsar todos los botones sin demasiados remilgos y sin equivocarte al darle a la 'micro-tecla' de al lado

En el techo hay más botones, algunos sin funcionalidad de fábrica, ya que solo dan corriente a las tomas que rodean el techo del coche y donde podremos instalar una barra de leds, focos auxiliares y otros accesorios –sirenas o altavoces en fuerzas del orden– sin tener que hacer instalación eléctrica interna. El techo de los 'Trialmaster' tiene dos cristales delanteros en el techo al estilo safari, y tenemos que decir que dan algo de calor en zonas soleadas y que nos gustarían más con una cortinilla, pero es el único detalle en el que no coincidimos. Si por algo destaca el interior es por la enorme calidad de todos los componentes: diseño, montaje y robustez están fuera de dudas, y no se ha buscado una falsa impresión de lujo. Todo es funcional, tanto que podemos darle un manguerazo al suelo del coche para retirar barro porque tiene un desagüe.

Otra cosa que me gusta es la trasera, con una banqueta grande para tres pasajeros, donde dos viajan en espacio business, aunque con más dureza de la que tendrán en otros coches, pero espacio no falta y la banqueta está muy bien configurada.

¡EN MARCHA!

Probamos la unidad que será la superventas: el Diesel, y es que aunque el gasolina 'mola', rondar con ese motor los 20 litros cada cien kilómetros es tarea fácil con esta aerodinámica. Con el Diesel salimos de Madrid, nos enchufamos en la carretera y en menos de cuatro horas estamos en Valencia. Los 120 kilómetros/hora los mantiene con asombrosa serenidad, sin olvidar eso sí que llevamos un coche alto y con ruedas de campo, pero la dirección es más precisa de lo que esperábamos y tiene buen aplomo. Podemos ir a buscar la velocidad máxima si queremos, de 160, pero el coche no va a estar cómodo, y, al final, son 2.700 kilos de peso 'de verdad', no como en los eléctricos, que el peso está en la parte baja, así que el coche bambolea si empezamos a corregir mucho la trayectoria. Lo relevante es que en carretera va muy bien, y aunque no llega al nivel de refinamiento ni del silencio de un Jeep Wrangler o Ford Ranger Raptor, el coche va mejor de lo que jamás fue un Defender por estas lides, a años luz, de hecho. Por otra parte, si vamos a hacer mucha carretera y poco 4x4 extremo, la versión Fieldmaster, que cuesta lo mismo, tiene ruedas mixtas con mucho menos sonido de rodadura.

EN CIUDAD, POCO CÓMODO

Hora de ir 'a buscar el pan' y aquí la cosa se complica un poco, porque la dirección tiene muchas vueltas de volante y hay que manotear mucho para maniobrar. La cámara trasera ayuda pero ojo con aparcar cerca de la pared porque, entre la verticalidad del portón y la rueda de repuesto, no podremos abrir la puerta y acceder a la carga. Aun así, mil veces mejor que en un pick-up, donde todo va bailando por la caja trasera y es más difícil meter la compra. El Ineos es largo, con 4,90 metros de longitud, pero no es enorme, y más o menos entra en las plazas de parking de un centro comercial. Pero seamos francos: no es el mejor coche para el día a día y no vemos mucho el estilo 'lifestyle' que la marca quiere imprimir al coche, porque los usuarios no se van a sentir tan cómodos como, digamos, en un Mercedes Clase G.

POR EL CAMPO, INSUPERABLE

Nos vamos de ruta, y aunque nos hubiera gustado meternos en barrizales de mil demonios, no ha sido posible, pero sí hemos hecho rocas y alguna trialera, además de caminos. Lo suficiente para conocer lo imparable que puede llegar a ser este coche. Ponemos la palanca de reductoras en 'low' y la 'pared' más difícil la sube fumándose un puro, asiste bien en las bajadas, la visibilidad es perfecta, el coche está bien protegido... para hacer 4x4 puro es una máquina realmente competente, aunque el peso desmedido nos puede jugar alguna mala pasada. 

Llegamos al precio, y es caro. Nos contaron que iba a costar unos 60.000 euros, pero al final sale por 94.000. Y es cierto, que, sin impuestos, cuesta unos 70.000 euros, pero aun así el precio a pagar es superior al de los Toyota Land Cruiser, Ford Bronco o Jeep Wrangler que compiten en esta clase.

¿ES EL MEJOR DEL MUNDO?

¿Nos lo compraríamos? Si lo nuestro es el 4x4, somos dueños de una gran finca, nos gustan las aventuras Overland o queremos dar la vuelta al mundo: sí. El que tenga motor BMW es una doble ventaja por fiabilidad y asistencia mecánica en cualquier rincón del planeta. Si lo que queremos es un coche bonito para los fines de semana de rutas... es mejor pensarlo bien. Este va mejor que todos los demás en situaciones muy concretas, pero aún no tiene el aura de un Wrangler, un Bronco o un Mercedes Clase G –este cada vez menos campero, hay que decirlo–, pero lo que hay que aplaudir de Ineos es que han hecho un coche realmente bueno, competente y serio. Se fabrica en Francia, tiene motor BMW, lo ha puesto a punto la propia Mercedes y el staff está plagado de ingenieros alemanes, por lo que el coche está 'bien parido' y pronto será habitual verlo en parques de bomberos, aeropuertos o ambulancias para llegar a lugares extremos, todos los usos menos los militares, prohibidos por BMW cuando se decidieron a usar sus motores…