Al volante del Audi Q6 E-tron: ¿Éxito o fracaso para una marca en crisis?

Todos tenemos una imagen idílica de Audi: una marca premium cuyos coches gustan bastante, pero de puertas adentro hay jaleo en la marca, y es que las ventas están bajando, hasta un 10% en lo que llevamos de año, mientras que otras marcas del grupo, como Skoda, suben e incluso una premium, como Cupra, sube a un ritmo enorme ¿Cuál es el problema? Hay varios factores, pero a todos ellos podría poner solución el Audi Q6 e-tron y todas las novedades que llegan estos meses: Audi A6 eléctrico y Audi A5 y Q5 de combustión.

Uno de los problemas es que en China, un mercado importantísimo para Audi, el patriotismo exacerbado del Gobierno ha hecho que cada vez menos chinos compren marcas premium extranjeras. El segundo es que en Europa se está obligando a los fabricantes a poner en el mercado coches eléctricos, pero el precio es tan alto que no son superventas, y el mercado no está creciendo al ritmo esperado, al revés, va a 'trompicones' según se aprueban o no ayudas país por país. El tercero es interno de Audi y es que la marca se había quedado estancada esperando un nuevo 'software' creado por el grupo Volkswagen que parece no llegar nunca, y mientras sus rivales, como Mercedes-Benz o BMW, se están moviendo muy rápido. El último eléctrico de Audi es de ¡2020! y cuatro años en estos tiempos es una eternidad.

IMAGEN AUDI, AUNQUE CONSERVADORA

Pero el Q6 e-tron ya está aquí, y lo cierto es que el coche es impresionante. Mide 4,77 metros de largo, tiene cinco plazas y un maletero de 530 litros, por lo que encajará en la mayoría de los usos de los clientes de Audi, del Q3 al Q7, aunque en realidad el Q6 es el hermano eléctrico del Q5 y tendrá, como siempre en la marca, versión Sportback con trasera tipo SUV Coupé.

Su imagen es muy llamativa, pero no es tan vanguardista como nos gustaría, porque ya lleva un tiempo diseñado y esperando la luz verde para la producción. Impresionantes los faros y pilotos, muy finos, llenos de luces led y Oled, que dan la imagen de sofisticación habitual en la marca. El resto del diseño es típicamente Audi: elegante, atemporal y práctico, ya que el interior es enorme, pero no muy atrevido, o al menos no al nivel del BMW iX. En todo caso, a Audi esta fórmula le funciona, y la va a aplicar en todos los modelos que llegan este año para aumentar las ventas de la marca.

SOFISTICADO INTERIOR

Si por fuera el Q6 gusta, por dentro nos deja boquiabiertos. A la calidad habitual de Audi se suman nuevos materiales como la napa en el salpicadero, las luces continuas alrededor del conductor o las tres pantallas, dos para el conductor y una para el copiloto. Estas pantallas marcan una diferencia importante, y es que Audi 'pasa', por el momento, del minimalismo de Tesla, y se lanza a un diseño lleno de detalles y funciones que, no nos engañemos, cuesta mucho más entender. Lo que sí es fácil de asimilar es lo bien que funciona el head-up display con realidad aumentada, ya conocido en otros coches del grupo, pero que aquí alcanza la excelencia: no hay nada mejor en el mercado. El espacio es bueno, la ergonomía también y, en las plazas traseras, hay un buen tamaño, aunque el confort no es tan elevado como en un Audi Q7, ni por espacio ni por mullido de asientos. Sí es más amplio que en un Audi Q5, o al menos en el que conocemos hasta ahora. El maletero, muy bien tapizado y muy Audi, cubica 530 litros, correcto sin más. Quizás una banqueta trasera corredera, como la que tendrá el Audi Q3, podría ayudar a mejorarlo. Al abatir los asientos disponemos de 1.530 litros.

La mecánica es clave en un eléctrico, y Audi ofrece dos baterías: 77 kilovatios hora con 537 kilómetros de autonomía y 100 kilovatios hora con 639 kilómetros –tracción trasera en versión Performance con 326 caballos–, 617 kilómetros –tracción total Quattro y 443 caballos–, y 590 kilómetros en el deportivo SQ6, que tiene 517 caballos. Hemos probado el Quattro menos potente, que es la mejor opción de la gama y se vende desde 79.990 euros, pero los superventas serán los de tracción trasera, por su mayor autonomía y menor precio.

El chasis, compartido con el Porsche Macan, no puede disponer de la dirección trasera que tiene su 'primo' y rival ni, de serie, la suspensión neumática que vimos en el Porsche. La suspensión cuesta 4.000 euros en un pack opcional, y nos parece muy importante en un coche de este peso y porte –2.400 kilos–. Al menos, de serie, la amortiguación tiene dureza regulable automática y, cuando detecta oscilaciones constantes, como en una carretera de curvas, se endurece de forma automática.

AL VOLANTE, MUCHO CONFORT

El coche va de maravilla, sin fallos ni pega alguna. Tiene muy buenas prestaciones, pero la suspensión peca de ser un poco blanda, y el coche se mueve en curvas más de lo que nos gustaría, o más de lo que recordamos en el Q4 y Q8, mucho más 'Audi' en su dinámica. Aquí se nota que la marca quiere agradar a un cliente más global, al que no le importa tanto la dinámica en carretera –chino o estadounidense– sino el confort de este coche. También es cierto que, en un eléctrico, hay que viajar a 120 o entre 120 y 140 para poder obtener buenas autonomías, así que no será un coche prestacional. La recarga es su punto fuerte porque es la mejor del mercado en su clase: tiene dos tomas de carga Mennekes de 11 kilovatios, aunque en breve llega una versión de 22 kilovatios para aprovechar más este tipo de puntos de recarga, pero es la recarga Combo CCS, la de carretera, la que marca un hito con sus 270 kilovatios de potencia máxima. Cargar más de la mitad de la batería en cargadores ultra rápidos en 20 minutos nos dejará listos para seguir conduciendo con la batería a más del 80%. La batería, por si alguien lo duda, es de níquel-cobalto y manganeso en proporciones 8-11, la fabrica CATL y tiene un 30% más de rendimiento respecto al Q8 e-tron de 2018, todo un empujón que sitúa al Q6 en otra liga en autonomía.

No podemos hablar de los consumos reales porque el recorrido de pruebas tenía muchas, muchísimas curvas, y muy poca carretera y autovía donde comprobar el uso real del coche, pero homologa 16,7 kilovatios hora cada 100 kilómetros en el tracción trasera y 17,2 en el 'quattro', que es poco. Con llantas de 19 pulgadas y ritmo normal, rondaremos los 22 kilovatios hora cada 100 kilómetros, lo que, en este modelo de 580 kilómetros de rango, nos dará una autonomía real de 380, con paradas aproximadas cada 300 kilómetros. Con llantas de 20 o 21 y a ritmo del tráfico, rondaremos los 24 kilovatios hora de consumo promedio.

DESDE 71.990 EUROS

Hablamos rápidamente de los precios: 71.990 euros para el de 77 kilovatios hora, 76.990 para el de 100 kilovatios hora y 79.990 euros para el Quattro, todos con acabado Advance. Por 8.000 euros más tendremos el acabado S-Line, realmente importante para un coche como éste, y por 4.000 adicionales al S-Line, el Black Line, más estético y del que podemos prescindir. Nos quedamos así con un coche entre 85.000 y 90.000 euros según la combinación que elijamos, aunque si lo pedimos para empresa puede ser más económico. Es un coche caro, pero la marca anuncia cuotas de 695 y 795 euros con 15.000 euros de entrada para las versiones de tracción trasera con acabados Advance o S-Line respectivamente, lo que resulta muy competitivo. En la otra parte de la balanza, el SQ6 sale por 104.900 euros.

CONCLUSIÓN ¿SALVARÁ ESTE COCHE A AUDI?

El Q6 es un buen coche, un muy buen coche y un buen Audi, un muy buen Audi, pero es caro, o al menos caro para los precios de antes. Para los de ahora tengamos en cuenta que cuesta 11.000 euros más que el Q4 eléctrico más barato y, si elegimos en ambos la misma batería de 77 kilovatios hora, el Q6 cuesta 6.000 euros más que su hermano pequeño. Frente a los de combustión, cuesta 14.000 euros más que el Q5, pero la generación actual está a punto de ser retirada del mercado. Para vender más eléctricos como el Q6, la marca debe trabajar a fondo en racionalizar la producción y bajar precios de la nueva plataforma técnica si quieren ser más competitivos en precio y tener más ventas, además de promocionarlo a fondo. El mercado quiere abrazar el coche eléctrico, y para eso hacen falta más puntos de recarga de alta potencia y, en el caso de España, bien señalizados. Si esto tarda en llegar, las ventas de los eléctricos, y más los de este nivel de precios, tardarán en despegar, así que, que Audi vuelva a crecer en ventas no dependerá solo del éxito del Q6, sino, sobre todo, de los Audi A5 y Q5 de combustión e híbridos enchufables, piezas clave para Audi en los próximos años.