¿Ventanillas bajadas o aire acondicionado? El eterno dilema del verano

Con motivo de la llegada de la ola de calor que asola estos días gran parte de Europa, hemos querido reflexionar sobre un tema recurrente del verano. ¿Es mejor bajar las ventanillas del coche o encender el aire acondicionado? A grandes rasgos, uno puede pensar que con las ventanillas bajadas no hay ningún elemento que consuma trabajo del motor, por lo que se ahorra en combustible, pero es cierto que a su vez se crean unas turbulencias en el interior del vehículo que generan ruidos molestos a los ocupantes y disminuyen la eficiencia aerodinámica. En el caso del climatizador, el viaje se hace en perfecta comodidad, pero a costa de 'robar' trabajo al motor, lo que se traduce en un consumo algo mayor de carburante. Vistas las ideas, pasamos a contrastarlas con datos comprobados en mayor detalle.

¿CUANTO CONSUME EL AIRE ACONDICIONADO?

Se ha comprobado que el uso del aire acondicionado en la mayoría de los vehículos actuales supone un incremento aproximado del 6% del consumo del motor, y entre un 2% y un 4% en el caso de contar con climatizador automático. Ello se hace patente al circular a velocidad constante, cuando se puede apreciar cómo el motor eleva el régimen de revoluciones al entra en funcinamiento el compresor y, en algunos casos, se aprecia incluso un pequeño tirón.

Sin embargo, estas cifras son meras aproximaciones pues, además de depender del modelo de coche y potencia del motor, también están influenciadas el uso que se haga del sistema de climatización y la temperatura ambiente. Por otra parte, fallos como una fuga del gas refrigerante o el bloqueo de algún conducto pueden condicionar el buen funcionamiento del mismo, por lo que se recomienda cambiar los filtros cada 15.000 o 20.000 kilómetros y comprobar su estado periódicamente, especialmente cuando su uso es tan intenso como estos días.

Y realmente lo es, puesto que una temperatura adecuada es necesaria no solo para el confort de los ocupantes, sino para mantener la concentración del conductor, ya que se ha demostrado que, a altas temperaturas, aflora el cansancio y aumentan las probabilidades de sufrir un accidente. Concretamente, a 35 ºC los reflejos disminuyen un 20% con respecto a una temperatura 10 ºC menor, estadísticas equivalentes a un nivel de alcohol en sangre del 0,5%.

Es por ello que se estima que entre 20 ºC y 23 ºC es la temperatura adecuada en el interior del coche tanto para mantener la concentración como la eficiencia, ya que a menores registros el uso del climatizador puede disparar el consumo hasta un 20%.

¿Y CON LAS VENTANILLAS BAJADAS?

Por otra parte, si se decide circular con las ventanillas bajadas, se logra una renovación constante del aire en el interior del vehículo, lo que ayuda a reducir rápidamente la temperatura del habitáculo, pero se generan ciertas turbulencias y ruido que hacen la conducción menos placentera. A altas velocidades, estos efectos son tales que afectan directamente al consumo –y al confort– más de lo que lo haría el aire acondicionado. Pero, ¿a qué velocidad comienza a ser contraproducente? Según estudios, este cambio de paradigma ocurre a partir de unos 75 kilómetros/hora.

Para poner un ejemplo, se ha comprobado que a 90 kilómetros/hora, la distancia recorrida con las ventnillas bajadas es un 15% menor que si se realizase únicamente con el climatizador. Por tanto, a bajas velocidades, es buena idea circular con las ventanillas bajadas para ahorrar carburante, pero si se sobrepasa la cifra antes mencionada, es más eficiente el uso del sistema de climatización.

VENTANILLAS O CLIMATIZADOR: CONCLUSIONES

Lo principal que se debe tener en cuenta es que siempre se ha de viajar con una temperatura adecuada en el interior del vehículo, y el método que se utilice para la refrigeración dependerá de la velocidad a la que circulemos. Si el desplazamiento se hace por una zona urbana, cuyo límite se encuentra como mucho a los 50 kilómetros/hora, bajaremos las ventanillas para una refrigeración más eficiente. Si, por el contrario, se va a acometer un viaje por carretera o autopista, la mejor opción es hacer uso del sistema de climatización a una temperatura de entre 20 ºC y 23 ºC.

No queremos dejar pasar la ocasión para hacer algunas recomendaciones de cara al verano, como por ejemplo, bajar las ventanillas unos minutos antes de conectar el aire acondicionado, ya que de esta manera se ventilará el habitáculo y el trabajo necesario para disipar el calor será menor que si lo encendemos al máximo para enfriar un interior a más de 40 ºC. Si se quiere evitar encontrar el interior del coche como una auténtica sauna, especialmente a mediodía y por la tarde, es recomendable aparcar en lugares sombreados y/o colocar un parasol. Una vez conectado el sistema de climatización, no se ha de dirigir los aireadores directamente a la cara, sino hacia arriba para una distribución uniforme del aire. Finalmente, es importante no olvidar que hay que mantenerse siempre hidratado, tanto el conductor como los acompañantes, pues el confort nace de uno mismo.