Relato de la alzada y caída de la marca de lujo Facel Vega, Parte II

El declive en las cuentas de la marca comenzó a fraguarse, poco antes de la década de 1960 cuando Jean Daninos quiso desembarazarse del título de carrocero y comenzar a ofrecer motores franceses en un coche de dimensiones y costos más reducidos, para hacer frente a los pequeños deportivos que se avecinaban. De este modo, le encargó a la empresa Pont à Mousson la creación de un nuevo cuatro cilindros de 1.6 litros de cilindrada y doble árbol de levas.

El Facellia, un pequeño coupé ofrecido también como descapotable funcionaba, a priori, muy bien en ventas cuando llegó al mercado en 1960. Ofrecía tan apenas 115 caballos, pero integraba soluciones de gran calidad como los frenos de disco en las cuatro ruedas. Pero poco después de comenzar su rodaje, estas mecánicas comenzaron a dar graves problemas de fiabilidad que mermaron muchísimo la reputación del fabricante. Tanto fue así que se hizo inevitable la salida del propio Daninos. La marca, para blanquear su imagen, ofreció recambios y reparaciones gratuitas para los propietarios cuando se actualizó esta mecánica en 1961, un movimiento que hundió en números rojos a la marca, que tuvo que pedir un préstamo al Estado francés para poder seguir a flote. Curiosamente y a la postre, este modelo fue el más exitoso de Facel Vega con más de un millar de ejemplares vendidos, pero a su vez significó también su caída en quiebra irreversible. A día de hoy, los precios en subasta de unidades de Facellia en buen estado oscilan entre los 60.000 y 90.000 euros para los primeros ejemplares y entre 40.000 y 60.000 para las unidades actualizadas.

La nueva junta directiva capitaneada por un exejecutivo de una compañía petrolera decidió actualizar una vez más el Facellia colocando la mecánica de cuatro cilindros y 1.8 de Volvo, la misma que la del 1.800, con apenas 108 caballos, pero mucho más fiables. Salieron de la cadena de montaje 625 ejemplares, 192 de ellos descapotables entre 1963 y 1964.

Desafortunadamente, el golpe de gracia ya estaba dado, y el último movimiento de la firma en 1964 no consiguió salvarla de la quiebra. Este fue el Facel 6 que, como su nombre indica, montaba una mecánica de seis cilindros tomada prestada de la Austin-Healey, con 150 caballos. Comenzó a producirse en agosto de 1964… y la empresa cerró apenas un mes después, en octubre. De este último se ensamblaron 44 unidades, la mayoría de ellas terminadas a posteriori, entre 1965 y 1966.

De un tiempo a esta parte ha existido algún que otro intento de reflotar la marca, el más reciente tuvo lugar en 2020, cuando se filtraron en la red ciertas imágenes de una representación digital de cómo sería un Facel Vega en clave moderna. Este render, que recibió el nombre de París V estaba destinado a tantear a inversores interesados y en realizar un estudio de viabilidad comercial para un coche de estas características, según comentaron los actuales propietarios de los derechos de la compañía al medio 'Carscoops'.

Al contrario de lo que suele pasar con estos estudios, es de remarcar que el de este caso contaba asimismo con una representación del interior, con un salpicadero muy liberado, rematado en madera o símil y una alargada pantalla de dimensiones contenidas presidiendo la consola central. En cuanto a la mecánica, y contrarios a la filosofía de muchas marcas y renacimientos actuales, anunciaban que, de seguir adelante, montarían una mecánica V8 al igual que sus modelos icónicos con dos niveles de potencia, 510 y 550 caballos, aunque no se proporcionaba información del origen del mismo —se rumoreaba una colaboración con Bentley—.

Sea por la pandemia o por la falta de interés en ello, lo cierto es que no hemos vuelto a conocer datos de este supuesto renacimiento en cerca de tres años, pero solo el tiempo dirá si se recupera finalmente este efímero pero gran legado del automovilismo francés.