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No es imposible, Carlos

09/01/2021 09:40

Carlos Sainz y Lucas Cruz tienen por delante una segunda semana de Dakar complicadísima, en la que deberán remontar más de 40 minutos a Stéphane Peterhansel –con Nasser Al-Attiyah también en la ecuación– si quieren hacerse con su cuarto ‘touareg’. Es un reto difícil, por supuesto, pero no imposible.

El bicampeón del mundo de rallies y tres veces ganador del Dakar sabe bien que no hay nada imposible en el mundo del automovilismo, no en vano a lo largo de su carrera ha pasado por todo tipo de situaciones. Ya en la época del WRC pudo darse cuenta de algo importante: no todo lo que empieza bien, acaba bien… y viceversa.

Sí, hablo de los años 1991 y 1992. En el primero de ellos empezó el año con seis victorias en siete pruebas y al final de la temporada no fue campeón; en el año de su segundo título, todo lo contrario: el Toyota Celica ST185 nació con problemas de juventud, pero se proclamó campeón con un sensacional final de temporada, ganando en Cataluña y Gran Bretaña.

Por todos es conocido el fatídico final de la temporada 1998, en la que una remesa de bielas defectuosas dejó con la miel en los labios a Carlos y Luis a sólo unos metros de la meta en Gran Bretaña. Porque esto es el automovilismo, aquí la mecánica también cuenta y las averías están a la orden del día. Hasta que el coche vuelva al parque de asistencia, la victoria está en el aire.

Es cierto que Carlos y Lucas han cometido errores de navegación en esta primera mitad del Dakar. Después de la victoria en la primera etapa, la suerte ha sido esquiva para el binomio español, sobre todo en la tercera y la quinta especial, donde se dejaron alrededor de media hora en cada una al no saber encontrar el camino correcto.

Sin embargo, esos mismos errores y la mala suerte pueden caer del lado de los rivales en cualquier momento. El Dakar siempre esconde mil y una trampas, y la segunda semana no será para menos en cuanto a dificultad. De hecho, justo después del descanso llegarán las dos etapas ‘maratón’, en las que hay que tener mucho cuidado al no tener asistencia; y como penúltimo plato hay una ‘monstruosa’ especial de 511 kilómetros cronometrados. Casi nada.

Pero dejemos a un lado las averías mecánicas y la suerte. Hablemos de ritmo puro. Carlos Sainz ha sido el único piloto ‘no Toyota’ que ha logrado alguna victoria de etapa –dos–, y si tenemos en cuenta que por problemas de navegación se ha dejado alrededor de una hora en esta primera semana del Dakar, como mínimo podría estar con Peterhansel y Al-Attiyah en la general sin esos fallos. De ahí viene la frustración en sus declaraciones.

Si nos ceñimos sólo a la segunda mitad de la quinta etapa y a la sexta al completo, Carlos recortó en una etapa y media alrededor de 15 minutos a Stéphane Peterhansel. En la quinta, después de perderse, se dejaba unos 20 minutos con el francés… y acabó a menos de 13 minutos tras ir con el pie ‘a tabla’ en las secciones finales; y en la especial de ayer le metió más de siete minutos y medio a su compañero de equipo.

Por supuesto, en una carrera tan complicada como el Dakar entran muchos factores en juego. Algunos de ellos incluso están fuera del alcance de los pilotos. Pero, si Carlos ha podido recortar casi 15 minutos en una etapa y media, ¿por qué no va a poder recortar 40 minutos en seis etapas? Y que nadie me malinterprete, yo también pienso que es complicadísimo recortar tanto tiempo a dos ‘bestias’ como Peterhansel o Al-Attiyah, pero si alguien es capaz de hacerlo, es Carlos. No es imposible.