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Marmon Wasp: el retrovisor se inventó en Indianápolis

El primer monoplaza de la historia y primer ganador de las 500 Millas de Indianápolis
También fue el primer vehículo en montar un espejo retrovisor
El coche se conserva en el museo del Circuito de Indianápolis
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07 Jul 2019 - 10:11

A lo largo de la historia ha habido coches que se han convertido en icónicos por sus logros o por sus innovaciones, coches que han cambiado nuestra forma de entender las carreras y la automoción en sí. Tal vez uno de los que ha pasado más desapercibido, pero no por ello menos importante, fue el Marmon Wasp, primer ganador de las 500 millas de Indianápolis y, a su vez, primer automóvil en montar un espejo retrovisor.

El camino de la seguridad en el mundo del automóvil ha sido largo y tortuoso. Elementos tan necesarios e importantes a día de hoy como el ABS o el airbag no se instalaron en los vehículos hasta 1978 y 1981 respectivamente. No en vano, la Dirección General de Tráfico –DGT– declaró en un estudio que la posibilidad de fallecer en un accidente de tráfico es el doble si el vehículo tiene entre 12 y 16 años con respecto a uno con cinco años o menos. Aún y así, la Organización Mundial de la Salud –OMS– asegura que el 80% de los coches que se venden en todo el mundo no cumplen con todas las especificaciones de seguridad mínimas, por lo que todavía queda camino por recorrer.

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Una de las primeras concesiones a la seguridad fue la adopción del espejo retrovisor. Aunque ya existían algunas ideas publicadas sobre el tema, la historia otorga el primer uso práctico de este sistema a Dorothy Levitt, la primera mujer piloto del mundo, quien en su libro de 1909, 'The Woman and the Car', recomendó a las mujeres que se fueran a aventurar a conducir: ''llevar un espejo de mano en un lugar conveniente para así poder contemplar de vez en cuando el tráfico de detrás''.

No pasó mucho tiempo hasta que un vehículo a motor montara un espejo retrovisor ya integrado en su estructura, en 1911. Se trataba del Marmon Wasp, un coche de competición bastante innovador que iba a tomar parte en una nueva competición a la que habían denominado como las ''500 millas de Indianápolis.

El coche, ya a primera vista, presentaba una innovación importante con respecto a sus competidores y era el hecho de tener el conjunto motor-dirección-piloto perfectamente alineado en busca de ofrecer una anchura lo más contenida posible y mejorar la aerodinámica y minimizar el peso, lo que llevaba a ofrecer espacio suficiente únicamente para el piloto. El mundo contemplaba el primer monoplaza de la historia, ya que el resto de vehículos eran biplazas para poder llevar también al mecánico consigo.

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Por aquel entonces, el trabajo de los mecánicos era notificar al piloto cuando un contrincante intentaba adelantarle. Pero al ser el Marmon Wasp un monoplaza, esta posibilidad desaparecía, por lo que a Ray Harroun, el encargado de pilotar el Marmon e ingeniero jefe del equipo, se le ocurrió la idea de colocar un espejo retrovisor para acometer él mismo esta tarea. Eso sí, años después, el propio Ray declaró que apenas pudo hacer uso de él, pues el traqueteo y las vibraciones le hicieron del todo imposible poder divisar algo a través del mismo. El motor, por cierto, era un enorme seis cilindros en línea de 9.8 litros de capacidad dividido en tres bloques de dos cilindros y fabricado expresamente para este coche. La potencia desarrollada era de entre 60 y 70 caballos.

 

COMIENZA LA CARRERA

Con el dorsal número 32 y un color amarillo chillón, el Marmon 'Yellow Jacket', que así era como se llamaba inicialmente, tomó la salida en vigésimo octava posición de la primera edición de las 500 millas de Indianápolis, el 30 de mayo de 1911, ante una afluencia de más de 80.000 personas. El apelativo 'Wasp' –avispa– que terminó por adoptar le vino por el contraste entre el color amarillo y negro y la trasera del vehículo en punta que recordaba al aguijón típico de estos insectos.

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Ya durante el transcurso de la prueba, el equipo de Marmon puso en marcha una estrategia metódica que resultó ser verdaderamente efectiva. En aquellos tiempos los neumáticos eran tremendamente rudimentarios, incluso se debían inflar a pulmón, y una parada en boxes para cambiarlos significaba una gran pérdida de tiempo. El equipo de Marmon, con su piloto a la cabeza, había descubierto que podían reducir a la mitad el desgaste de las ruedas si no sobrepasaban las 75 millas/hora –120 kilómetros/hora– en lugar de circular a unas 80 millas/hora, el máximo aproximadamente de aquellos vehículos. A ese desgaste contribuía el propio pavimento de la pista, formado por ladrillos y del cual aún queda una reminiscencia sobre la línea de salida de la pista actual. La estrategia consiguió dar sus frutos, pues Harroun terminó en primer lugar con tan solo cuatro paradas y cuatro neumáticos nuevos. Su inmediato perseguidor utilizó un total de 14 ruedas nuevas.

Ray Harroun venció en la primera edición de las 500 millas de Indianápolis con un tiempo de 6 horas, 42 minutos y 8 segundos mientras que algunos de sus contrincantes se fueron prácticamente a las siete horas y media. Tras ganar en esta prueba y recibir un premio de 14.250 dólares de la época, Ray decidió retirarse de la competición en el momento álgido de su carrera deportiva y dedicarse a la ingeniería. La empresa Marmon, por su parte, también decidió bajarse del barco de las carreras y atender a su demanda de coches de calle, demanda que se había disparado tras su victoria en la carrera inaugural de la Indy 500. No obstante, la Gran Depresión de 1929 pasó factura a la firma, que se convirtió en un proveedor de piezas para los vehículos del ejército. Finalmente, en 1956, fue absorbida por un consorcio mucho mayor de equipamiento y componentes industriales en la que permanece hasta día de hoy. Se estima que llegaron a fabricar unos 250.000 vehículos Marmon entre 1903 hasta su cierre, en 1933.

 

LEGADO IMPORTANTE

No hay duda de que el Marmon Wasp fue un pionero en diversos sentidos, sin embargo, en lo que concierne al hombre de a pie, se le debe reconocer el uso del primer retrovisor, un elemento obligatorio e indispensable sin el cual no entenderíamos la seguridad vial de la misma manera. Desde aquel rudimentario espejo que apenas permitió ver nada a su conductor, ha habido más de un siglo de evolución para este sistema: primero se añadió un espejo retrovisor extra en el lado del conductor, que más tarde pasó a ser en ambos costados del coche. Actualmente, la industria tiende a hacer uso de sistemas de cámaras para tener una visión más nítida de lo que acontece detrás de nosotros. El nuevo Toyota RAV-4 ofrece como opción el poder mostrar las imágenes de una cámara trasera directamente en el espejo retrovisor interior mientras que el futuro Honda e, primer eléctrico comerciado por la marca, ya anunció que sus retrovisores exteriores serían cámaras, como en el Audi e-Tron.

Actualmente, aqul Marmon Wasp todavía se mantiene en perfectas condiciones como parte del museo del circuito de Indianápolis, del cual es la pieza más codiciada de todas las que allí se encuentran. Su trascendencia es tal que se ha escaneado en 3D, filmado y guardado sus diseños en el Registro Nacional de Vehículos Históricos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, junto al de otras joyas como el Shelby Cobra Daytona Coupe o la primera limusina de la Casa Blanca. Como parte del museo, el vehículo realiza apariciones esporádicas en ocasiones especiales. El propio Harroun lo condujo en la vuelta inaugural de la edición 50 de la carrera, en 1961 y se le volvió a ver en la misma tesitura con motivo de la carrera número 100 de la mítica prueba, celebrada en 2016.

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Pintura realizada por nuestro amigo y lector José Oña Jurado

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