Los prototipos perdidos de la actual Bugatti

Bugatti es una marca resucitada con el único propósito de ofrecer la máquina sobre ruedas más rápida y tecnológicamente avanzada que una persona pueda adquirir, al menos esa era la premisa cuando el grupo Volkswagen se hizo con el control de la misma. Desde entonces ha fabricado dos coches, el Veyron y el Chiron, que se han convertido en la piedra angular de los hypercar modernos desde hace casi 15 años.

Pero la firma italo-francesa nunca ha ocultado su intención de crear una segunda o tercera línea de modelos, y muestra con cierta asiduidad versiones basadas en el Chiron que bien podrían pasar por modelos completamente nuevos. Recientemente han salido a la luz declaraciones de directivos y ex diseñadores de la marca en los que hablan de tres versiones que estuvieron en la tabla de diseño, algunas de ellas muy cercanas a la producción, que se han mantenido en secreto hasta ahora. Las descubrimos:

BUGATTI VEYRON BARCHETTA

El jefe de diseño de la firma en 2008, Achim Anscheidt, creó por aquel entonces un boceto de lo que sería un Veyron con carrocería ''barchetta'', un concepto que ahora parece haber tomado impulso, como muestran los Ferrari Monza SP1, McLaren Elva o el recientemente desvelado Aston Martin V12 Speedster. Fue una propuesta que rondó por las mesas de dibujo de la marca antes de que se diera a conocer el Grand Sport, el Veyron descapotable que finalmente vio la luz, una versión que poco cambiaba con respecto al modelo base.

El Barchetta por su parte contaba con un diseño ciertamente diferenciado y, mecánicamente, iba a presentar una potenciación hasta los 1.200 caballos, la cuál finalmente vería la luz unos años más tarde con la versión Vitesse del hypercar. El frontal, por ejemplo, presentaba unas líneas muy parecidas a las que finalmente tomó el Divo, presentado en Pebble Beach en 2018.

Según declaraciones del propio Anscheidt a la publicación Autoblog, los ejecutivos se mostraron reticentes a adoptar un modelo de negocio con tiradas muy limitadas de modelos tan diferenciados, más aún cuando comenzó a azotar la crisis económica.

BUGATTI W16 REMBRANDT

Hasta la fecha, todos los Bugatti producidos en la historia reciente de la marca han equipado el motor en posición central. Ésto pudo haber cambiado de llegar a materializarse el ''Rembrandt'', un estiloso coupé de motor central al que el propio diseñador apodó como ''Gentleman’s Express'', debido a su orientación más Gran Turismo que los Veyron o Chiron.

El motor sería el mismo W16 de 8.0 litros y 1.500 caballos del Chiron básico pero colocado en posición delantera y con su culata visible por encima de la línea del capó. En términos estéticos, comparte rasgos del frontal con el Divo y, aunque no vio la producción, varios de sus elementos sí que tomaron lugar en el ''Voiture Noire'', un ‘one-off’ exclusivísimo que se convirtió en el coche más caro del mundo, con un precio de 11 millones de euros.

El Rembrandt no se hubiera quedado atrás, todo lo contrario, pues con las modificaciones realizadas podría haber sobrepasado los 17 millones de euros.

BUGATTI ATLANTIC CONCEPT

Si los modelos anteriores únicamente existieron como proyectos que nunca llegaron a materializarse, no es el caso del que nos ocupa en último lugar. Como se ha mencionado anteriormente, Bugatti siempre ha buscado expandir su gama para ofrecer más variedad a sus aficionados y clientes. Éste era el plan con el Chiron, el cuál pensaban complementar con un hypercar de proporciones estratosféricas por encima y por otro modelo, algo más contenido, por debajo.

Para esto último, los diseñadores e ingenieros idearon un coupé de motor central inspirado en el Type 57 Atlantic de 1936 –de ahí su nombre– y en el que trabajaron nada menos que durante un año y medio. De hecho, se llegó a completar un modelo a escala real exquisitamente acabado y que debía de haberse presentado durante el concurso de elegancia de Pebble Beach en 2015. El modelo real existe, pero la firma lo ha mantenido en secreto hasta ahora.

Nada ha trascendido de su mecánica, pero se sabe que hubiera empleado algún tipo de electrificación derivada de la tecnología que utilizaba Porsche por aquel entonces en el desarrollo del Taycan, hecho que lo hubiese convertido en el primer Bugatti híbrido de la historia. En cuanto a la parte de combustión, se especula con que fuera propulsado por un V8 con doble turbo. Se hubiera vendido como un modelo más de la gama, tanto en carrocería coupé como roadster.

¿Qué le impidió hacerse realidad? Por desgracia, pocas semanas antes de su puesta de largo en California, estalló el escándalo del 'Dieselgate', que llevó a los directivos a tomar decisiones estratégicas, como cancelar proyectos como éste.

Bugatti nunca ha sido ajena al desarrollo de prototipos en busca de otros formatos y nichos de mercado. Ello queda claro con estos tres modelos, pero también quedan para el recuerdo otros como el Galibier de hace una década o los EB112 de principios de los 90, aunque ésto es otra historia que merece contarse aparte.