Kalle Rovanperä, el 'niño prodigio' llamado a marcar una época en el WRC

El joven finlandés, ahora con 19 años y también con un Toyota, sigue coleccionando halagos –junto a su copiloto Jonne Halttunen– tras su recital en el Rally de Suecia. No es para menos, pues se batió el cobre con el ‘todopoderoso’ Sébastien Ogier a igualdad de monturas y se permitió el lujo de arrebatarle el podio en un final épico, con scratch incluido en el Power Stage. Recordemos, en un segundo rally mundialista con el Yaris WRC.

Precisamente en el lugar donde su padre, Harri, consiguió su única victoria en el Mundial, Kalle ha vuelto a deslumbrar con una actuación que roza lo paranormal. Además, lo ha hecho con una pequeña ‘desventaja’ respecto a sus compañeros Elfyn Evans –vencedor del rally– y Sébastien Ogier: Rovanperä no hizo test la semana anterior al evento. Es cierto, sí realizó pruebas en diciembre y también corrió el Arctic Lapland Rally con el Yaris, pero en unas condiciones muy diferentes a las del Rally de Suecia.

Todos los pilotos han coincidido a lo largo de la prueba en que las condiciones eran muy complicadas. Sin apenas nieve, con los neumáticos perdiendo sus clavos por el camino y con una meteorología que no acompañaba al espectáculo, la mayoría de los pilotos se han tomado las cosas con mucha calma. Sobre todo el domingo, con las lluvias que dejaron el tramo de Likenäs casi impracticable.

Es ahí, sin embargo, donde los grandes pilotos sacan su talento a relucir. Y Kalle emergió. El finlandés estaba en cuarta posición a medio segundo del podio, en manos de Sébastien Ogier, a falta del Power Stage. Una especial que ‘arrancó’ los clavos de las gomas en la parte inicial por la falta de nieve y puso a los participantes en serios apuros de cara a una sección final repleta de hielo.

Hasta ese momento, tanto Thierry Neuville como Kalle Rovanperä venían en tiempos similares. Décima arriba, décima abajo. Pero justo en esa sección, Kalle Rovanperä dio el ‘do de pecho’ y se sacó tres segundos de la chistera. "Los neumáticos delanteros estaban muertos, pero he seguido empujando en el hielo", comentó el hijo de Harri Rovanperä sin inmutarse al finalizar la especial, como si de algo cotidiano se tratase.

El resultado ya lo saben: Rovanperä marcó el scratch en el Power Stage con más de tres segundos de diferencia sobre Thierry Neuville y Sébastien Ogier, a quien arrebató el último escalón del podio para convertirse en el piloto más joven de la historia del Mundial que sube al cajón de los privilegiados. Se trata, además, del piloto que menos pruebas ha necesitado para lograr su primer podio –Loeb necesitó tres, Lappi cuatro y Ogier ocho–.

Otro de los récords que ha batido Kalle es el del ganador más joven de la historia de un Power Stage, si bien el honor del scratch con menor edad sigue en posesión del ruso Evgeniy Novikov, logrado en la cuarta especial del Rally Acropolis 2009 a los mandos de un Citroën C4 WRC –con 18 años, 8 meses y 24 días–. En esa lista, el ruso tiene detrás a Andreas Mikkelsen, Matthew Wilson, Mads Østberg y Kalle Rovanperä.

El enorme paso de los R5 a los actuales WRC no ha parecido ser un escollo para el finlandés. De hecho, sufrió más al principio del año pasado –al final se coronó campeón de WRC2 Pro, pero en el inicio cometió varios errores como los de Montecarlo, Suecia o Córcega– que en esta temporada, en la que acumula dos notables resultados hasta la fecha, tanto en el ‘Monte’ como en Suecia.

De momento no hay ningún tipo de presión, pero tampoco tiene techo. Por delante, un sinfín de récords que estará dispuesto a batir, como el del ganador de un rally más joven de la historia, en posesión de su compatriota Jari-Matti Latvala –también en el Rally de Suecia, en 2008–. El tiempo dictará sentencia, pero este ‘finlandés volador’ llamado Kalle Rovanperä está llamado a marcar una época.