Historia de los logotipos VIII: resto de Asia

HYUNDAI: ODA AL PROGRESO

En coreano, la palabra "hyundai" significa modernidad, que es precisamente la razón de ser de esta compañía desde su creación en 1947 por Chung Ju-Yung, uno de los empresarios más laureados de la historia de Corea del Sur. Sin embargo, esta marca de automóviles, como le ocurrió a tantas otras, no empezó construyendo este tipo de máquinas –se dedicaba desde la construcción hasta la banca–, dando a luz su primer coche a finales de los años 60 bajo licencia de Ford. De hecho, no sería hasta 1975 cuando fabricaría su primer modelo propio en colaboración con Mitsubishi –proveedor de tecnología– e Italdesign –proveedor de diseño–. En la actualidad, se trata nada menos que del quinto mayor fabricante de vehículos del mundo, debido principalmente a un óptimo equilibrio entre la calidad y el precio de sus productos que, desde hace más de dos décadas, muestra una hache estilizada simbolizando dos personas estrechando sus manos: el vendedor y el cliente.

KIA: DE APRENDIZ A MAESTRO

Las motocicletas fueron el objeto de negocio de KIA durante sus comienzos, dígase de los años 40 y 50, ya que se trataba de una pequeña ensambladora subcontratada por Honda para el montaje de este tipo de vehículos –antes hicieron bicicletas–. Tiempo después, varias compañías de automóviles y especialmente Mazda se interesaron por estos servicios, de manera que pudieron construir y vender sus camiones y automóviles en la península coreana –conectando con el resto de Asia– sin necesidad de transportarlos en barcos, hasta que la compañía se independizase en 1981 para fabricar sus propios modelos en base a lo aprendido, pero todavía en colaboración de Mazda y, más tarde, de Ford. Con todo, Kia no aterrizó en Europa y América hasta 1992, regiones donde ya operaba Hyundai, quien aprovechó una crisis financiera para comprar gran parte de las acciones de Kia creando así el cuarto grupo automovilístico más grande del mundo. Aunque su logotipo actual bien podría ostentar el premio al más desaborido –no es el original–, resulta curioso que el origen de la palabra Kia provenga de la palabra china "ki" y la letra A, que conjuntamente significan "nacida en Asia", de ahí que su color corporativo sea el rojo.

MAHINDRA: EXCELENCIA HINDÚ

Al mismo tiempo que India terminaba de independizarse de Reino Unido, esta república comenzaba su industrialización. Es entonces cuando surgió Mahindra & Mohammed, una corporación que, desde 1945, lideraría el crecimiento de su región y, aunque inicialmente se dedicaría a la metalúrgica, más tarde se centraría en el ensamblaje de todoterrenos Jeep –fruto de un encuentro entre uno de los hermanos Mahindra y Barney Roos, creador del Willys– hasta su emancipación y posterior creación de su propia marca de todoterrenos y vehículos profesionales. Tras convertirse en el líder asiático por venta de tractores y 4x4 en los años 80, esta firma se asoció con otro gran fabricante americano, Ford, y consiguió expandirse mundialmente –sin embargo, sus automóviles llegaron a España en 2016–. Hoy, se trata de una compañía independiente con la excelencia por bandera que produce millones de vehículos cada año y cuyos beneficios le han hecho posible comprar la surcoreana SsangYong. Su logo, además de simular una eme –inicial de la empresa– encerrada en un óvalo –alusión a la globalización–, incorpora tres líneas unidas por un mismo vértice superior que representan las tres razones de ser de Mahindra: producto, servicio y oportunidad.

SSANGYONG: LA DECANA DE COREA

Antes siquiera de concebirse la idea del automóvil por muchas naciones, SsangYong ya estaba vendiendo productos en su Corea del Sur natal –de hecho, es la firma automovilística con más historia de este país–. La empresa en cuestión, cuya denominación significa "doble dragón" en su idioma oriundo, en realidad se creó como tal en 1954 al absorber a otra compañía del sector llamada Hadonhwahn Motor, pero no fue hasta la década de 1970 cuando empezó su internacionalización, fama y verdadera progresión económica. Especializada en todoterrenos y otros vehículos con fines profesionales, al igual que Mahindra en India –casa a quien pertenece hoy–, SsangYong adquirió la licencia de ensamblaje de Jeep en 1986 y la colaboración para el desarrollo de motorizaciones de Mercedes-Benz en 1991, acontecimientos que le valieron la penetración en continentes comercialmente maduros como es el caso de Europa, hecho no exento de tropiezos. Los logotipos que hemos conocido en España durante las últimas dos décadas sobre una de las marcas orientales que más crece son dos y ambos tienen en común el equilibrio y la dualidad en su diseño: primero, dos elipses entrelazadas dentro de un círculo, después, la doble cornamenta de un dragón.

TATA: UN CASO DE ÉXITO SIN PARANGÓN

Normalmente, los occidentales tendemos a valorar subjetivamente y por simple apariencia el trabajo que otros hacen, pues emitir juicios nos resulta gratuito y poco costoso. Sí, los vehículos de Tata no tienen nada de especial y estéticamente están por detrás de casi cualquier fabricante, pero menospreciar los productos y el potencial de esta compañía es un craso error te guste o no el mundo del motor. Fundada por el indio Jamsetji Tata en 1945 bajo el nombre de TELCO, Tata Motors es sólo una de las 98 empresas de Tata Group, nada menos que el conglomerado industrial más grande de India –5% de su PIB– y que ya operaba en el siglo XIX. Detrás de ese logo simétrico que muestra una letra T al mismo tiempo que dos letras A –composición del nombre Tata–, se esconde toda una filosofía corporativa basada en el crecimiento y la diversificación de activos para llegar a lo más alto. No obstante y como en tantos otros ejemplos, esta sociedad multinacional empezó construyendo otro tipo de transporte: en esta ocasión trenes que darían la posibilidad de viajar a cientos de millones de personas. Concentrada a día de hoy en ofrecer soluciones de movilidad privada a la poderosa clase media hindú, se trata de una firma con mucho recorrido por delante y a la que, de momento, le ampara una excelente gestión que le llevó recientemente a adquirir Jaguar y Land Rover.

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