¿Hay futuro para los coches de combustión? Sí, pero no a cualquier precio

Con Euro 7 a la vuelta de la esquina y sus mayores restricciones anticontaminación a partir de 2025, aunque menos agresivas de lo que aspiraban a ser, el siguiente paso hacia el fin definitivo de los vehículos de combustión se quería firmar cuanto antes y con la mirada puesta en el año 2035.

O lo que es lo mismo, el Parlamento Europeo quería impedir la venta de coches y otros vehículos nuevos con motores de combustión –o térmicos– desde ese año. No tardaron en alzarse las voces de muchos en la industria, tachando esta decisión de "temprana", "arriesgada", "costosa" o "inviable". Alemania ha llevado la voz cantante en la batalla contra la formalización de dicha normativa, que hasta hace unos días se daba por aprobada a falta de ultimar detalles.

El país teutón, no sin apoyo de otros países como Italia, República Checa, Polonia, Rumanía, Hungría y Eslovaquia, ha mostrado su desagrado y busca proteger a toda costa el uso de los motores térmicos en sus vehículos. Eso sí, haciendo uso de combustibles sintéticos neutrales, también conocidos como e-fuels y que se componen de CO2 y de hidrógeno verde. Que no hay que confundir con los biocombustibles, en el caso de la petición liderada por Italia y que, de momento, ha sido tenida en cuenta siempre y cuando consigan igualmente una combustión neutral llegado 2035, es decir, que su huella de carbono sea neutra. Estos últimos se obtienen tras el tratamiento de residuos orgánicos o biológicos.

LOS ELEVADOS COSTES SON UN PROBLEMA

De momento, lo que parece obvio es que los e-fuels y cualquier otro combustible de procedencia no fósil sí que tienen su plaza asegurada en la automoción a partir de 2035 y no solo los vehículos 100% eléctricos o de hidrógeno, como el Parlamento Europeo quería mantener en exclusiva en el mercado del automóvil llegado ese año.  Eso, en un momento en el que los precios de los coches no están precisamente en su punto más asequible y con una gama de vehículos eléctricos que sigue costando más que sus homólogos de combustión interna.

Aunque ya hay grandes fabricantes como el Grupo Volkswagen y muchas de las que actualmente conocemos como ‘petroleras’, la realidad es que la producción de combustibles sintéticos neutrales tienen un alto coste económico y energético, por no hablar del reto que supondrá para cubrir la flota mundial de automóviles. Y todavía en un punto en el que no podemos saber exactamente a cuánto tendremos que pagar el litro de dicho combustible. Que igual los algo más de 2 euros por litro que vimos haces unos meses hasta se pueden quedar cortos en comparación con el precio de los e-fuels.

Tampoco podemos olvidar que no son pocos los fabricantes que han ido abandonando la venta de vehículos con motor de combustión, algunos incluso por completo, viendo la tendencia de los gobernantes europeos hacia la movilidad eléctrica. Esto quiere decir, que tendrían que asumir una nueva inversión millonaria si se quieren subir de nuevo al carro del motor térmico, con la ventaja de que estos combustibles sintéticos pueden ser utilizados en los mismos bloques mecánicos que venimos usando en los últimos años.

Quizá lo más interesante ahora mismo sea saber quién va a acabar pagando por todos estos cambios de última hora. Parece más que evidente que del bolsillo del conductor tendrá que salir buena parte y quizá todavía nos esperen muchas sorpresas en la industria de aquí a 2035.