Del BMW 1M Coupé al M2: la evolución de la especie

Muchos de los coches que se lanzan actualmente al mercado con motores de combustión, serán los últimos de su clase y eso los hace muy especiales, sobre todo si son como el nuevo BMW M2, que atesora todo el saber hacer de un sello como BMW M y además, también es el heredero más director del espíritu del BMW M3 original, el añorado y deseado M3 e30, un coche que nació como 'coche de homologación', es decir, con la competición como principal objetivo y eso, obviamente, se notaba en su comportamiento y en su temperamento. Sin embargo, desde entonces, todos los M3 han crecido mucho en tamaño y sobre todo, en peso. Dos características que han enturbiado ligeramente su planteamiento y personalidad originales, pero que, por suerte, han pasado a estar representadas por el M2.

Para muchos, este coche, el BMW M2, es el mejor BMW M de todo el catálogo, el más pasional, divertido y equilibrado en cuanto a comportamiento y prestaciones, y el hecho de estar ante el último de su tipo le otorga un mayor interés, porque para más inri, estamos ante el que será el último BMW M con cambio manual. Cuando la firma pase a ofrecer únicamente modelos con grupo motor híbrido, el cambio manual desaparecerá. Solo hay que echar un vistazo a las subastas para ver como suben las valoraciones de los últimos manuales de Ferrari, por ejemplo. ¿Acaso alguien duda sobre lo que ocurrirá con los últimos manuales de BMW?

Todo empezó con el BMW 1M Coupé

El nuevo BMW M2 es la última iteración de la saga que comenzó hace ya un buen puñado de años, allá por 2010, cuando se puso en circulación el BMW 1M Coupé, un coche que, curiosamente, también nació con algo de polémica. Basado en el BMW Serie 1 Coupé –se partió, concretamente, del BMW 135i–, estaba diseñado por Chris Bangle, quien creó una de las generaciones de BMW más discutidas hasta la aparición del actual lenguaje de diseño, creado por Adrian van Hooydonk.

Aquel BMW 1M Coupé –no podía llamarse M1 de ninguna de las maneras–, sin embargo, y aunque mantenía, obviamente, las proporciones del Serie 1 Coupé, se ganó el favor del público desde el primer momento. Lucía, como se suele decir, 'gordo', potente; no era, para nada, un coche sutil. Sus aletas ensanchadas, los paragolpes, las grandes llantas, los cuatro terminales de escape… se veía musculoso, agresivo. Una auténtica declaración de intenciones, pues llegaba con cifras de órdago.

Bajo el capó delantero había un seis cilindros en línea con un cubicaje de tres litros, el cual, estaba asistido por dos turbos para rendir unos nada despreciables 340 caballos a 5.900 revoluciones y un par de 450 Newton metro desde 1.500 revoluciones, disponibles hasta las 4.500 revoluciones. Si esto parecía poco, también tenía una función overboost que añadía 50 Newton metro adicionales desde 1.500 revoluciones… era un motor realmente salvaje. Y además, capaz de girar hasta las 7.000 revoluciones. No es de extrañar, por tanto, que fuera capaz de alcanzar los 100 kilómetros/hora desde parado en 4,9 segundos y que ofreciera una relación peso-potencia de 4,4 kilos por caballo.

Según el Dr. Kay Segler, presidente de BMW M entre 2009 y 2011, el 1M Coupé era, básicamente, una versión corta del M3 Competition con cambio manual –las llantas, por ejemplo, se tomaban del catálogo del M3 Competition–, lo que ya es decir mucho. Lo curioso es que el 1M Coupé nunca tuvo una versión Competition, como si ha tenido su descendencia. Es más, el BMW 1M Coupé nunca tuvo más versiones y se vendió durante muy poco tiempo. Era una versión especial y limitada, no como sus hermanos M2.

Aún más interesante es la concepción de este coche, pues se hizo 'a la carrera'. La luz verde para el desarrollo del coche se recibió en 2009 y se puso como objetivo tenerlo listo para 2011. De todas formas, cuando el equipo de desarrollo tuvo vía libre para completar el coche ya había mucho trabajo hecho, pues el 1M Coupé había nacido como nacen los mejores: a escondidas y por pura pasión. Un grupo de ingenieros, en sus ratos libres, decidieron llevar al Serie 1 Coupé a sus límites y de paso, recuperar el espíritu del M3 e30. No hubo estudios de mercado, ni hubo tampoco planificación de producto, solo pasión y por supuesto, un sitio donde trabajar y un enorme banco de órganos a su disposición. Es más, ni siquiera hubo maquetas de arcilla, se pasó del ordenador directamente al asfalto.

Llega el BMW M2, pero su concepción y su historia, no son tan emocionantes

Como se ha comentado anteriormente, el BMW 1M Coupé se vendió durante muy poco tiempo, entre 2011 y 2012. Tan solo un año de producción, durante el cual, se había planeado una tirada limitada a 2.700 unidades, que pasaron a 6.331 dada la enorme demanda que tuvo el modelo. Por tanto, el lanzamiento del BMW 1M Coupé se puede considerar un auténtico éxito.

No es oficial, pero no cabe duda que el enorme éxito del 1M fue el desencadenante para que BMW diera forma a su reemplazo, el BMW M2 que se lanzó al mercado tiempo después. Pero no fue inmediato, el M2 se hizo esperar y provocó una enorme expectación cuando se comenzó a rumorear sobre su llegada. El BMW M2 no llegó hasta 2015, tres años después de que se retirara del mercado el 1M Coupé y su concepción no fue tan pasional, sino más estudiada, más meditada. Era, en definitiva, un producto más dentro del catálogo de BMW M, aunque con una responsabilidad importante: tenía que suceder a uno de los modelos M con mayor personalidad y carácter, al tiempo que se pulían algunos detalles delicados, como la entrega de potencia del seis cilindros biturbo.

Las credenciales del nuevo, en aquellos años, BMW M2, era como cabría esperar, espectaculares. El motor mantenía su arquitectura y su cubicaje, es decir, era un seis cilindros en línea con 2.979 centímetros cúbicos, pero en para la ocasión, prescindía de uno de los turbos, para rendir 370 caballos a 6.500 revoluciones y un par de 465 Newton metro entre 1.400 y 5.560 revoluciones. Mantenía igualmente el cambio manual, pero en opción, al contrario que ocurría con el 1M, se podía solicitar con cambio automático de siete relaciones. Se dulcificó la entrega de potencia, aunque eso no quiere decir que se prescindiera de un fuerte carácter; el BMW M2 no era un coche para noveles, ni mucho menos.

De nuevo, en una inevitable alusión a su temperamento, la imagen que ofrecía aquella primera entrega del M2 era menos agresiva, pero en contraposición, tenía un diseño más equilibrado en cuanto a volúmenes y formas, era, digamos, más convencional y también, ¿por qué no decirlo?, 'más BMW'. Además, el M2 también traía consigo más tecnología, como un un control de estabilidad con varios modos –destacaba el M Dynamic Mode, que permitía un ligero deslizamiento de las ruedas– o los frenos de material compuesto. Y por supuesto, no podemos olvidar el diferencial M de regulación electrónica para el eje trasero.

La vida del BMW M2 ha sido infinitamente más largo, algo que se puede constatar porque estuvo mucho más tiempo en producción y porque contó con varias versiones adicionales, como la Competition, aparecido en 2018. Esta versión era más potente –410 caballos y 550 Newton metro de par– al contar, entre otras cosas, con dos turbos, y también, en general, más racing en su puesta a punto, aunque mantenía el cambio automático del M2 'normal'. Poco después apareció el BMW M2 CS, una variante que iba un paso más allá en todos los sentidos.

El BMW M2 CS tomaba como base de partida el Competition, pero radicalizaba todas sus características y se ofreció en una tirada muy limitada de solo 75 unidades. La potencia, por ejemplo, pasó a 450 caballos, mientras que el par se mantuvo en 550 Newton metro. También había cambios en el diseño, principalmente en el frontal, con los que se buscaba una mejor refrigeración del motor y se acompañaban de nuevos elementos para el chasis, como la suspensión adaptativa –con tres programas: comfort, sport y sport+–, llantas más ligeras, opción a montar neumáticos Michelin Pilot Super Sport, frenos delanteros con pinzas de seis pistones con discos cerámicos en opción y toda una serie de elementos fabricados con CFRP –Carbon Fiber Reinforced Plastic, plástico reforzado con fibra de carbono–...

¿Cuál es el futuro del BMW M2?

La nueva generación del M2, como hemos comentado al inicio, será la última con motor de combustión en solitario, pero esto es solo una especulación, ya que las cosas podrían cambiar. El futuro de los BMW M pasa, sin lugar a dudas, por la electrificación y si tenemos en cuenta que en 2022, el BMW M más vendido fue el i4 M50, un coche eléctrico, que a nadie le extrañe que estemos ante la última iteración de una forma de entender el automóvil: tamaño más o menos contenido –aunque este nuevo M2 se pasa de los 1.700 kilos… –, buena relación peso-potencia, motor de combustión delantero, cambio manual y propulsión.

Y las dudas sobre el futuro del M2 surgen si recordamos unas declaraciones del CEO de BMW M, Frank van Meel, a finales de 2022, en las que dejaba la puerta abierta a una tercera entrega del M2 –la cuarta si contamos con el modelo que inició la saga, el 1M Coupé–, pero con motor eléctrico. Por entonces, también afirmó que la era de los BMW ligeros había terminado, algo que no hacía falta comentar a tenor de las cifras de peso de los últimos lanzamientos.

Se sabe, gracias a unas declaraciones del señor van Meel, que la firma alemana no planea implantar hibridación enchufable en sus modelos más pequeños, ni siquiera en los de alto rendimiento como el M2: “Un híbrido enchufable en un automóvil pequeño puede ser un tema difícil porque estos deben tener suficiente potencia, incluso si la parte eléctrica no está disponible. Si su motor base no es lo suficientemente fuerte, entonces un híbrido enchufable no tiene sentido», afirmó el CEO de BMW M.

La tercera entrega del BMW M2 debería llegar cerca de 2030, una fecha muy cercana a la prohibición de vender motores de combustión interna nuevos y una fecha, para la cual, la tecnología eléctrica habrá recorrido bastante camino en su evolución, dado que los fabricantes, entre ellos BMW; invierten grandes cantidades de dinero en el desarrollo de su tecnología para llegar bien posicionados a 2030. Esto hace pensar que, efectivamente, el próximo BMW M2 será un coche eléctrico.