Dante Giacosa: padre y pilar de la Fiat del Siglo XX
La historia de las grandes marcas no se podría escribir sin los ingenieros tras sus creaciones. En este sentido, se puede decir que la historia automotriz de nuestro país no sería lo mismo sin el hombre que hoy nos ocupa, artífice del mítico 'Seiscientos'. Dante Giacosa fue el pilar que sustentó la automoción italiana a mediados del siglo pasado.
Los legados en el mundo de la automoción se cimentan sobre los grandes éxitos. Es posible que el nombre de este ingeniero no te suene tanto como el de Gordon Murray o Adrian Newey, quienes se granjearon su reputación en las carreras y con la creación de auténticos misiles, como el McLaren F1 o el Aston Martin Valkyrie. Pero ello no lo hace menos importante, al contrario, su carrera está plagada de coches exitosos realizados para el pueblo, que ayudaron a mantener la economía italiana en su peor momento histórico reciente.
Nacido en el seno de una buena familia romana en 1905, Dante Giacosa pronto mostró signos de brillantez y antes de llegar a la Universidad, ya había cursado estudios clásicos y aprendido los idiomas latín y griego. En 1927 se gradúa en la Universidad Politécnica de Turín en Ingeniería Mecánica y, al año siguiente, responde a un anuncio de un periódico local para entrar como diseñador a una subsidiaria de Fiat.
Poco a poco, ganó reconocimiento y subió posiciones hasta ser nombrado jefe de la oficina técnica de Fiat en 1933. Casi nada más entrar al puesto, en 1935, saca al mercado su primera obra maestra, el 'Topolino' apodado cariñosamente, un coche orientado al pueblo, sentó precedentes, y que fue solicitado por el propio Mussolini.
Giacosa estaba especializado en motores, pero también era ducho en el diseño. Tras la guerra, trabajó en el único automóvil de carreras que tocaría, el Cisitalia D46 que utilizaba piezas del Topolino y dominó las series 'voitturete' de aquellos lejanos años. Obra suya es también la Fiat Campagnola, el equivalente italiano al Jeep que se fabricó desde 1951 hasta 1987.
Entre 1952 y 1954, la marca comercializó 114 unidades de su deportivo, el 8V, único Fiat con motor V8 hasta la fecha. Aunque no obtuvo el éxito comercial que se merecía, ganó algunos campeonatos de GT. Actualmente alcanza cifras astronómicas en subastas, con el añadido de que muchas de las unidades fueron recarrozadas por prestigiosas casas de diseño.
En 1955 llega el Fiat 600, tal vez su obra más exitosa en términos comerciales, que estuvo en producción hasta 1987 y que se exportó a otros países, entre ellos España, a dónde llegó como Seat 600. No obstante, su obra culmen llegó en 1957. Un modelo para motorizar toda Italia y lanzarse a la 'Dolce Vita', la 'Nuova' 500.
A lo largo de los años, fue igualmente el artífice de exitosos proyectos como el Dino desarrollado junto a Ferrari o el Autobianchi Primula. Este vehículo marcaría un antes y un después en la vanguardia de la técnica, pues fue el primer modelo comercializado con motor delantero transversal, con la caja de cambios a la salida y tracción delantera con los palieres de distinta longitud, una solución que desde entonces han adoptado prácticamente la totalidad de coches con dicha disposición mecánica.
Fue artífice también del popular deportivo 128 –último proyecto en el que participaría como jefe técnico–, entre muchos otros, incluso proyectos fuera del sector del automóvil como el de los motores industriales o la industria aeroespacial.
Con el tiempo, fue condecorado con distintos galardones y realizó un total de 62 patentes relativas a motores. Es autor de uno de los libros más recomendados para el estudio de los motores alternativos de combustión interna, denominado 'Motores Endotérmicos'. En este sentido, también fue profesor de la Universidad de Turín entre los años 1946 y 1966. Cuando se jubiló en 1970, se convirtió en consultor y representante de la compañía, y se dedicó a escribir y dar charlas en diversas conferencias.
Dante falleció el 31 de marzo de 1996 en la misma ciudad que lo vio crecer como ingeniero, Turín. Sin duda, uno de los genios del Siglo XXI, que ayudó a motorizar gran parte de Europa y que tal vez no haya recibido el crédito que se merece.
