Trae la pasta y corre

14/12/2017 21:29

Una sorpresa la elección, sobre todo tras unos meses de haber hablado de Williams como posible alternativa para Fernando Alonso en caso de que el asturiano dejara McLaren. También porque hay un piloto Mercedes con proyección de futuro, Pascal Wehrlein, sin volante. Siempre les quedaba el recurso de volver a contar con Felipe Massa. Y en liza, como alternativa que se daba como ganadora, estaba el mediático retorno de Robert Kubica.

El tema parece uno de esos claros ejemplos de 'tráeme la pasta y corre', tan en boga en los equipos modestos de F1. Una forma imprescindible para cuadrar presupuestos. Es cierto, ello puede representar algunas renuncias deportivas, pero el dinero aportado supera con creces al 'perdido' en forma de premios en la clasificación de Constructores.

No debemos olvidar un detalle. Williams es una sociedad anónima que coriza en bolsa. Si Frank y Claire Williams son los mayoritarios hay muchos otros accionistas. El equipo debe publicar sus resultados y no debería permitirse números rojos.

La elección de Stroll en su día fue clara: papá Stroll ponía el dinero que hacía falta. Se habló incluso de 70 millones o de que se había convertido en accionista relevante en el equipo. Posiblemente exageraciones, pero la cifra aportada es sin duda muy relevante.

En el caso de Sirotkin, la apuesta va por los mismos derroteros. Martini es el 'main sponsor' del equipo, pero su contribución no se acerca ni de lejos a la de un patrocinador principal de hace una década y posiblemente ni siquiera al de un patrocinador secundario de hace unos años. Y esto cuando los costos de la F1 se han disparado de forma irracional –al menos en el contexto económico actual– y hay muchos canales diferentes e interesantes para trasladar mensajes comerciales al gran público.

 

KUBICA, OPCIÓN ROMÁNTICA

Sirotkin ha sido preferido a Robert Kubica, pese que el polaco sí tiene gran experiencia en F1, aunque en su contra estaba la incógnita de siete años fuera de la F1 y la movilidad limitada de su brazo derecho, aunque ninguno de los dos factores pareció afectarle mucho.

Muchos pensaron que el polaco era el hombre idóneo. No estaba claro que pudiera ser tan rápido como Felipe Massa pero su retorno ofrecía un retorno mediático importante, ideal para los patrocinadores. Y también aportaba una cifra importante al equipo, unos siete millones de euros. Los test que hizo en Abu Dabi tras el último GP parecían abonar su candidatura pero no ha sido así

En todo este tiempo Sirotkin ha sido, hasta el último momento, el 'tapado'. Se había hablado mucho de Daniil Kvyat, pero a la postre el ruso fue descartado. Y ahí emergió Sirotkin que podría asegurar una cifra notablemente superior, prácticamente el doble de lo que aportaba el polaco, quizás incluso cercana a los 17 o 18 millones de euros gracias al apoyo de Boris Rottenberg, fundador de SMP Racing by Russia y propietario del Banco SMP.

Es una elección que puede tener, asimismo, sus causas políticas. Mantener el GP de Rusia es importante para la F1. Y tener un piloto ruso es importante para Rusia, especialmente ahora en el que le ha sido prohibida la participación como país en los JJ.OO.

Pero también Sirotkin parece que hizo un test más sólido, más consistente. Es algo que en realidad sólo saben en Williams. Las cifras públicas de tiempos y ritmos parecen jugar a favor de Robert, pero salvo que Kubica hizo los mejores registros con neumáticos más blandos –los más blandos disponibles– hay detalles desconocidos –peso de gasolina, reglajes, etc–. Y en Williams seguro que han aplicado las correcciones necesarias para equiparar y comparara a ambos pilotos.

 

¿PILOTOS O INGENIEROS?

En cualquier caso, la dupla Stroll-Sirotkin parece débil. Y ello me ha hecho recordar lo que hace algunos años, una década, Flavio Briatore me dijo: "Perder un gran piloto es un drama para cualquier equipo, pero puede ser mucho peor perder un gran ingeniero".

El recuerdo de esta frase me ha llevado a reflexionar sobre algunas cosas que están sucediendo en la F1 actual. Y explica bastante lo que está sucediendo en Williams y en otros equipos.

Tomemos el ejemplo de McLaren. Todos pensamos que entre Fernando Alonso y Honda, los de Woking apostaron por el piloto asturiano. Pero Eric Bouiller, en recientes declaraciones, colocó un nuevo factor en la decisión y en cierta forma lo ha colocado como el más importante: "Desde el primer momento de 2017 nos dimos cuenta que el motor Honda no funcionaba y teníamos que cambiar. En caso contrario nos exponíamos a una fuga de personal", es decir fuga de cerebros.

Pero de nada sirve tener cerebros si no hay dinero para poner en práctica sus ideas. Y Williams tiene esa persona, Paddy Lowe, Campeón del Mundo con McLaren y con Mercedes… y también con Wlliams en 1992 y 1993, si bien no era el responsable técnico del equipo.

Y ello es todavía más importante ahora, cuando no hay test y las simulaciones por ordenador permiten probar de forma rápida multitud de posibles soluciones.

La leyenda de la F1 decía hace 20 años que había dos tipos de pilotos, "los que ganaban 3 décimas al coche y aquellos que hacían que el coche ganara un segundo". Muy pocos reunían las dos características y los que lo hacían estaban en otra dimensión. Pero sin test, la aportación del piloto ha bajado mucho, así que cada vez se precisa más dinero para ingeniería.

Hoy, son los ingenieros los que hacen el coche 1 segundo más veloz. Y la diferencia entre los mejores pilotos y los buenos pilotos existe pero se ha reducido al menos en muchas pistas.

Quizás esto sirva para entender las razones por las cuales Frank y Claire Williams han tomado la decisión de confiar en el ruso Sergey Sirotkin como compañero de Lance Stroll. Un dúo de pilotos muy jóvenes –41 años entre ambos– y con poca experiencia, aunque Stroll lleva ya un año en la F1.

El dinero no lo es todo, claro. Force India, con menor presupuesto que Williams, ha obtenido mejores resultados hasta convertirse en el cuarto equipo del Mundial. Sus pilotos son mejores, sin duda, pero desde hace años funciona como un equipo estable y asentado y ahora recoge sus frutos.

Ese dinero extra será bienvenido en Williams. Y se alinea con otra frase de Briatore que no tiene desperdicio: "Los ingenieros te piden 10 millones para diseñar una solución mágica. Y cuando la tienen, necesitan diez más para ponerla a punto".

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