Salarios congelados, el origen del baile de técnicos

23/05/2022 09:00

Todo ello es consecuencia del techo presupuestario. Los equipos grandes se han visto obligados a hacer muchos equilibrios para cumplir con el techo presupuestario. No sólo limitan el personal que se desplaza a los Grandes Premios, sino que también limitan los recambios disponibles –¿recuerdan que Mick Schumacher no corrió en Baréin para que el equipo Haas tuviera los recambios para Arabia Saudí?–, se restringen las áreas de las evoluciones a aquellas que son imprescindibles o pueden dar mayor resultado.

Pero esto no es suficiente. Se ha tenido que recurrir a despidos cuando el 'truco' de destinar personal a áreas que no son de F1 no ha sido suficiente y se ha tenido que congelar el sueldo del personal en buena parte de los casos.

En condiciones normales, Red Bull seguro que hubiera hecho una contraoferta a Fallows. En las circunstancias actuales, simplemente no podía hacerlo. El equipo ha tenido que poner al que era su ingeniero jefe de pista Guillaume Rocquelin al cargo del Red Bull Junior Team –que no computa a la hora del techo presupuestario– mientras que Gianpiero Lambiase, el ingeniero de pista exigido por Max Verstappen, ve sus responsabilidades dobladas porque es a su vez el ingeniero jefe de pista o de prestaciones, como quieran llamarle.

Ferrari ha hecho lo mismo. Algunos de sus hombres han pasado a Haas. Otros los ha transferido al departamento de competición a la Squadra Corse, que trabaja con los GT y se ocupa del proyecto del LMDh.

Pero otros equipos, como Aston Martin o Williams tienen menos personal y hasta ahora no alcanzaban el techo presupuestario. Tienen así la posibilidad de crecer y ofrecer sumas que los grandes equipos no pueden pagar ahora. Estamos hablando de algunos ingenieros sénior, cuyos salarios brutos anuales pueden estar sobre los 100.000 euros.

Algunos técnicos se encuentran así en la disyuntiva de sacrificar sueldo para ganar o ganar más aunque deban estar por detrás del equipo de procedencia. En un caso, ganar carreras y títulos; en el segundo, ese poderoso caballero que es Don Dinero. Y si además en teoría es para ocupar un cargo superior, el pastel es demasiado apetecible como para no picar.