Ross Brawn ni escribe las reglas deportivas ni las aplica

14/10/2022 08:05

Es algo que parece lógico si tenemos en cuenta que el 'doping financiero' puede ser más importante que una transgresión deportiva o técnica. Puede colocar a un equipo en una posición de superioridad sobre los rivales.

Y Ross Brawn, con su afirmación, sólo colocaba la sanción al mismo nivel que las sanciones prodoping que se infligen a los atletas, ciclistas y demás en el caso de que den positivo en control.

Pero se olvida una cosa: Ross Brawn no hace las reglas deportivas, ni es el encargado de aplicarlas. No es personal o directivo de la FIA, aunque esté en algunos comités, sino de Liberty Media. Por tanto puede opinar sobre sanciones, pero es sólo su opinión, por muy cualificada que sea. Es otro organismo el que se ocupa de ello.

Quizás en otros momentos podría haber influido en la decisión. Pero en la actualidad, la FIA y Liberty Media parecen empeñadas en un pulso porque la primera quiere recobrar el poder deportivo que cedió de forma parcial cuando vendió a Bernie los derechos comerciales de la Fórmula 1 durante un siglo y firmó su parte del Pacto de Concordia.

Los rivales de Red Bull presionan por un castigo ejemplar. Entienden que con una transgresión importante, aunque las reglas la consideren menor, se puede obtener una ventaja sustancial y entienden –los rivales 'grandes'– que si hubieran hecho lo mismo, estarían a la altura o muy cerca del rival… aunque eso está por ver. y los pequeños, que no llegan a consumir el techo presupuestario, ven en ello una forma de mantener y ampliar la brecha que separa a unos y otros.

La relación entre dinero de más gastado y décimas de segundo ganadas no siempre es lineal y no tiene por qué ser positiva, así que es difícil cuantificar la ventaja que puede suponer.

Éste es un detalle importante. Hay otro: ¿hay que sancionar al equipo o al piloto?

En 1997 Michael Schumacher intentó sacar de la pista a Jacques Villeneuve sin lograrlo: le excluyeron del Campeonato, pero Ferrari conservó los puntos que el alemán había marcado para el Campeonato de Constructores. En 2007, diez años después, a McLaren la expulsaron del Campeonato por el famoso espionaje a Ferrari en lo que a sistemas de frenada se refiere; al equipo le expulsaron del Campeonato y recibió una fuerte multa, pero los pilotos –Fernando Alonso y Lewis Hamilton– conservaron sus puntos en el Mundial.

En 1984 Tyrrell hizo trampa con el peso. En el último repostaje añadía bolitas de plomo para estar en el peso mínimo. Se descubrió en Detroit, a media temporada. Se retiraron todos los puntos marcados entonces por los pilotos y el equipo. En lo que quedaba de año los Tyrrell no fueron nunca más competitivos.

Y tenemos un caso reciente, el del supermotor Ferrari. Un caso cerrado 'en falso': motor incorrecto, pero no se anunció la razón sólo se informó de que hubo un acuerdo entre Maranello y la FIA. Oficialmente no hubo sanción, sino que Ferrari ya no pudo volver a emplear ese motor que por sorpresa le había colocado al frente de la clasificación. El resto de temporada no consiguieron resultados buenos y en 2020 el equipo cayó en picado.

La FIA tiene ante no ya una 'patata caliente' sino una bomba de relojería, cuyo contador se ha puesto en marcha. Si la sanción es simbólica, saltará por los aires el concepto de 'techo presupuestario'. Si es dura, ¿se aplica con carácter retroactivo? ¿Se anulan resultados de 2021 o los de 2022? ¿Cómo se impide que la ventaja adquirida siga vigente en 2023? Y un pacto 'a la Ferrari' sería inadmisible.

En Alemania han dicho que una de las partidas que han provocado la 'divergencia contable' entre la FIA y Red Bull son el no contabilizar el salario del personal en periodo de baja –porque lo cubría el seguro– o el salario de Helmut Marko, a quien se considera asesor externo.

Puede que parezca una tontería, pero la cantidad puede no ser baladí. En cualquier caso, como en el cole: si te pescan copiando, te ponen un cero. No cabe la oportunidad de repetir suerte con un examen oral.