Rich Energy no es el primer patrocinio estrambótico de la F1

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13 Jul 2019 - 10:36

Cada vez que veo una foto de William Storey me viene a la memoria el recuerdo a Jean-Pierre Van Rossem. Y acto seguido desfilan por mi mente otros controvertidos personajes que han pasado por la Fórmula 1.

¿Quiénes son Storey y Van Rossem?

El primero, británico, quizás les suene a nuestros lectores. Es el patrón de Rich Energy, la bebida isotónica –o energética– que patrocina a Haas. Un patrocinio envuelto en la polémica esta misma semana, que ha causado tanto revuelo que uno no sabe si se trata de una auténtica guerra de accionistas en Rich, como se ha dicho, o una operación de marketing inusual… pero de gran revuelo. Parece que lo primero es lo real, pero lo segundo no ha sido un efecto colateral.

El segundo, belga y recientemente fallecido, fue uno de esos curiosos personajes que llegan a la Fórmula 1 en busca de reconocimiento y de paso dar visibilidad a su empresa, una compañía de inversiones denominada Moneytron, y acrecentar su fama de gurú de las finanzas. Sus clientes eran fortunas familiares europeas, incluida la familia real belga y su 'pasión' por las finanzas y el lujo –tenía un gran yate dos aviones Falcon y más de 100 Ferrari, así como una fortuna estimada en casi 900 millones de dólares– contrastaba con su afinidad con las doctrinas de Karl Max. Pero decía que sus tremendas ganancias –y las que prometía a sus inversores– provenían de que había encontrado una fórmula para adelantarse al mercado de valores y derrotar al capitalismo.

Jean-Pierre Van Rossem no se conformó con su papel de patrocinador del equipo Onyx en 1989; acabó adquiriendo el equipo, que gestionó de forma caótica. Pero su paso por el mismo fue efímero porque en 1991 fue detenido y condenado por fraude. Moneytron resultó poco más o menos que una estafa piramidal y fue condenado a cinco años de prisión.

Van Rossem parece incombustible. Fundó un partido político cuyo nombre lo dice todo: "Reformadores radicales y guerreros sociales para una sociedad más justa", sería la traducción del mismo, conocido por sus siglas, ROSSEM, por si había algunas dudas. Uno de sus slogans: "no se quejen, todos son ricos". Van Rossem llegó a ser elegido parlamentario… y expulsado de la coronación del Rey Alberto II por gritar: "¡Viva la República!".

La historia de Rich me recuerda otra, la del Príncipe Malik Ado Ibrahim, miembro de una de las 75 familias reales de Nigeria. Su paso por Arrows, del que Pedro de la Rosa y Repsol deben acordarse bien, porque prometió la llegada de unos patrocinios que no fueron y acabó inventando T-Minus, que nadie sabía lo que era, algunos suponían que una bebida energética, una de las primeras, pero en realidad había elegido el camino contrario al rival. En lugar de tener un producto y publicitarlo, eligió publicitar un nombre para luego poder crear el producto: bebida energética, ropa y motos. No tengo claro si llegó a ser accionista del equipo, pero él se proclamaba el primer negro jefe de equipo en la Fórmula 1.

Malik salió por pies de la Fórmula 1. Intentó algo en la NASCAR, pero en Estados Unidos fue acusado de fraude.

Hay muchos otros casos de patrocinios que no han acabado bien. El de Akira Akagi y Leyton House. El de David Thieme y Essex con Lotus. Larrousse tuvo a casi todos sus socios en Fórmula 1 involucrados en temas judiciales; el último de ellos, un financiero americano llamado Rainer Walldorf. Walldorf, resultó ser un gánster alemán Klaus Walz, que murió en un tiroteo con la policía.

La lista es larga. El mismísimo Bernie Ecclestone se vio envuelto en rumores que lo relacionaron con el robo del tren de Glasgow, uno de los robos míticos de la historia de Gran Bretaña. Colin Chapman falleció justo cuando se le involucró con los fraudes de John De Lorean. Incluso Gene Haas ha estado casi dos años en cárcel por fraude fiscal.

Volvamos a Rich. Intentó comprar Force India, pero fracasó porque el elegido por los administradores fue el consorcio Stroll. Anunció acciones legales, pero acabó convirtiéndose en patrocinador de Haas. Un patrocinador extraño y sorprendente con un modelo de negocio peculiar, una bebida energética de lujo servida en lujosos estuches y precio espectacular, pero en un mundo donde lo snob y la exclusividad siempre tiene seguidores, nunca se sabe.

Pero recientemente Rich ha perdido la potestad de usar su logo ya que estaba registrado anteriormente por una firma de bicicletas. Además debe pagar las costas judiciales y pagar una indemnización a la firma de bicicletas que al parecer depende del volumen de negocio, cantidades pagadas a Haas incluidas.

Quizás de ahí la pelea entre accionistas. Quizás de ahí viene la filtración no autorizada del cese del patrocinio. De todo eso hemos hablado mucho estos días. El final, impredecible, aunque no tiene buena pinta.

Haas
GP Gran Bretaña 2019
1 comentarios
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13 Jul 2019 - 22:04

Muy buen articulo. De los que aportan conocimiento

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