Ricciardo, F1 sí, pero no con Verstappen

10/08/2018 13:31

Duele porque Renault es el socio descartado, vilipendiado por el rendimiento de su motor. Y sobre todo no se entiende en clave estrictamente deportiva porque el conjunto chasis/aerodinámica de los franceses está a años luz del Red Bull

Muchos aficionados y la mayor parte del paddock comparten el asombro de Horner. Sobre todo si es verdad que en Red Bull se habían plegado a todos los deseos del australiano, incluido el de equiparar su ficha a la de Max Verstappen.

Pero Horner sospecha que la negativa de Daniel Ricciardo a seguir con ellos no se debe a un tema extradeportivo e incluso extra-monetario –se dice que Renault no le pagará un fijo tan importante como el que Mateschitz estaba dispuesto a desembolsar–, sino un tema personal. Y más que la necesidad de buscar nuevos desafíos estaría la convicción de que no debía estar ni un GP más como compañero de Max Verstappen.

Daniel se siente en el momento óptimo para luchar por el título. Posiblemente se habría quedado de tener certeza razonable de que el Red Bull-Honda podría permitirle al menos acercarse a Ferrari y Mercedes, presentarles batalla regularmente. Pero no lo cree así; el Honda estará como mucho un poco por encima del actual Renault, a todas luces insuficiente.

Y en estas condiciones, soportar a Max Vestappen, su carácter, y unos jefes, Horner y Marko, que parecen volcados en la causa del holandés.

Ricciardo sabe que si Marko se empecina en un objetivo, matiene la proa hacia él caiga quien caiga. Él mismo lo ha visto en su ascensión en la pirámide de Red Bull. En su subida, se llevó por delante a otros pilotos: primero a Buemi y Alguersuari, después, a Vettel, aunque éste pordía albergar la motivación de nuevos objetivos, nuevos proyectos.

Su decisión tiene algunos paralelismos con la que en su día tomó Rubens Barrcihello, que quiso dejar de ser ‘segundo’ de Schumacher para ser líder de equipo, saltando de Ferrari a Honda, aunque ello iba a comprometer sus resultados. 

Por el contrario, parece una situación muy diferente a la de Michael Schumacher quien, con dos títulos en el bolsillo, dejó Benetton para líderar el proyecto Ferrari… ¡con su gente y plenos poderes! Dejaba un buen equipo para ir a al más grande; pese a que llevaba 16 años sin sumar un título, siempre estaba luchando por ellos.

Personalmemte me parece que la decisión se parece a la que en su día adoptaron varios campeones: prefirieron cambiar de aires antes de sufrir a un compañero. No sé si el caso de McLaren-Hamilton-Alonso entra en este capítulo, porque aquí pasaron muchas más cosas, pero sí que se dan otros precedentes.

¿Hubiera seguido Lauda en McLaren con su tercera corona en el bolsillo de no haber sido Prost su compañero? ? ¿Recuerdan a Prost dejando McLaren porque no quería seguir con Senna de compañero? ¿Recuerdan cuando Mansell prefirió dejar Ferrari y marchar a la Indycar para no tener de nuevo a Prost como compañero? ¿Recuerdan que Alain renunció a Williams al enterarse que había fichado de Senna? ¿O la decisión de Nico Rosberg de ‘colgar’ el casco tras ganar el título porque había conseguido su objetivo y estaba agotado síquicamente?

Ricciardo vela por su tranquilidad en el convencimiento de que Renault, con todo el apoyo de una gran marca detrás, quemará etapas.  "Si Renault estará arriba en dos o tres años no lo sabemos. Tampoco lo sabía Lewis cuando firmo con Mercedes".

Hay un cierto paralelismo. Hamilton causó la marcha de Alonso de McLaren y Ricciardo en el fondo fue detonante para la de Vettel en Red Bull. Y ambos apostaron por el equipo de quien era 'su' motorista, Mercedes y Renault. 

Pero las diferencias son de bulto. Mercedes hizo una apuesta muy fuerte, contando con un equipo técnico muy consistente, en torno a Ross Brawn inicialmente. Y la marca de la estrella estaba dispuesta a invertir todo lo necesario. La apuesta de Renault no alcanza este nivel de órdago y el equipo técnico, todo y siendo experimentado, no tiene la misma enjundia.

Es cierto, las 'citas a ciegas' algunas veces han salido bien. ¿Recuerdan cuando Jack Brabham dejó Cooper y fundó su equipo? ¿O cuando Alan Jones, tras ganar con Shadow, apostó por Williams, que iniciaba su singladura como constructor? Pero eran otros tiempos, los de los garajistas, en los que bastaba tomar un motor Ford Cosworth y acertar con un chasis monocasco que se podía encargar fabricar a Thompson si hacía falta; la aerodinámica todavía pugnaba por salir del cascarón.

Pero otras muchas han sido fallidas. ¿Recuerdan cuando Damon Hill con el título recién logrado, abandonó Williams para ir a Arrows? En este caso no se trataba de no querer a Villeneuve de compañero ni simplemente de un tema de dinero, sino de dignidad. Hill reclamó a Frank una ficha de campeón del mundo y éste se negó a a pagarla. 

¿Se habrá equivocado Ricciardo? El tiempo lo dirá. Quizás el australiano simplemente quiera correr más tranquilo y progresar –hacer caja, también, claro– a la espera de que Ferrari o Mercedes tengan un asiento libre para él.

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