No hay pilotos número 1 ni número 2: la dinámica de las carreras marca la elección

Sin embargo, quizás este tópico no sea de actualidad. Hay demasiado dinero en juego como para que las batallas internas arruinen los resultados. Hoy, el coche es muchísimo más importante que el piloto y el equipo quiera ganar al estilo de la filosofía de Frank Williams: "Me importa un bledo cuál de mis dos pilotos gane la carrera, siempre que gane". Verdad sólo a medias: cierta si el equipo domina como para no ver peligrar los títulos.

¿Hay pilotos número 1 y número 2? Oficialmente, no. Nadie firma para ser el piloto número 2… o mejor dicho, a ningún piloto se le ofrece por escrito ser el número 1. Pero de facto si que hay pilotos número 1 y número 2. En algunos casos con una jerarquía que parece clara y en otros establecida por el devenir de la temporada. Y en todos los contratos se estipula claramente que los pilotos deben someterse a la disciplina del equipo, acatar las órdenes tácticas en aras del objetivo ambicionado por la escudería.

Lo estamos viendo a diario. Ninguno de los equipos grandes elige ahora tener dos 'primeros espadas' en sus filas. No quieren pasar por los problemas de gestión que crea la batalla interna y que en ocasiones pasa una elevada factura.

La última gran batalla en el seno de un mismo equipo la protagonizaron Lewis Hamilton y Nico Rosberg. No pasó factura a Mercedes; sus coches eran tan superiores que Toto Wolff pudo dejar a sus pilotos que batallaran entre sí con una única limitación: no chocar entre ellos. Sí que pasó factura a Nico, que ganó pero decidió inmediatamente colgar el casco; el duelo le había agitado síquicamente y no tenía ningún interés en repetir.

Pero unos años antes, en 2007, pasó dura factura a McLaren. Perdieron el título por la pugna entre —un aún bisoño— Lewis Hamilton y Fernando Alonso que acabó dando el título a Kimi Räikkönen. Y ha habido muchas otras: Mansell-Prost y, sobre todo, Senna-Prost, aunque también Lauda-Prost, por ejemplo… y siempre han acabado con un piloto buscando otros lares o tomándose un año sabático cuanto menos.

La situación no es privativa de los equipos grandes. En Haas, Romain Grosjean y Kevin Magnussen han mantenido muchas batallas para desesperación de Günther Steiner y haciendo bueno el dicho tópico de las carreras: "Tu primer rival es tu compañero de equipo".

No se trata sólo de las órdenes de radio, los famosos 'Multi-21’ o "Fernando is faster than you", o bien órdenes más directas incluso. Un equipo impone tácticas de muy diversa manera. Es como lo que dicen en Galicia sobre las meigas: "No creo en ellas pero de haberlas, haylas". Es decir, "No hay número 1 nombrado, pero existe".

Basta por ejemplo dar a un piloto los mejores ingenieros y mecánicos de los que se dispone, los más experimentados. Siempre tendrá una pequeña ventaja sobre su compañero. Un dato, Nico Rosberg ganó su título el año que Toto Wolff decidió ‘mezclar’ los equipos de uno y otro piloto, equilibrando esta balanza.

Después, están las elecciones tácticas. Se favorece al piloto más rápido, con mayores posibilidades en la carrera o en la batalla al título. Se parte con un ‘priveligiado’ o ‘favorecido’… pero después, las situaciones de carrera o la marcha del Campeonato pueden hacer que la balanza se incline al otro lado.

¿Tiene esto que ver con Ferrari en 2021? En 2021 y en 2020. Éste año, porque Vettel, sabiendo que no continuará, no tendrá el mínimo interés en apoyar a su compañero. Y el próximo, ya veremos.

Carlos Sainz y Lando Norris se han entendido en 2019 a la perfección en McLaren; ambos sabían que lo importante era hacer crecer al equipo y aunque los dos eran nuevos en él, la experiencia de Carlos en F1 se dejó notar desde el primer momento.

¿Sucederá lo mismo en Ferrari entre Carlos y Leclerc? El tiempo lo dirá. A priori, Carlos llegará a un equipo en el que Leclerc ha sabido aglutinar a su alrededor, ha comprendido muy bien el juego político interno. Y el español será el nuevo del equipo y deberá entenderlo antes de dar el hachazo. Pero Sainz sabrá jugar las bazas de la paciencia, el saber soportar la presión —curtido como está bajo la ‘escuela del Dr. Marko— y tener muy claro que en el caso de Ferrari, prensa y tifosi cambian de piloto preferido con los resultados.

En cualquier caso, me gustaría que ambos formaran un tándem como el que en su momento formaron Kimi Räikkönen y Felipe Massa, que dio al primero el título en el 2007 y el segundo casi fue campeón en 2008, mientras que Ferrari ganó los dos Campeonatos de Constructores… aunque el de 2007 por exclusión de McLaren. Posiblemente Ferrari necesitaría más esto, una pareja equilibrada y cooperante que cualquier otra cosa… si es que en Maranello saben ofrecerles un coche ganador.